“Este libro intenta desmitificar el orden Portaliano… estudiar cuál era su lógica económica y queda clarito que es una lógica mercantil, que favoreció la entrada de capital extranjero que expolió y destruyó las fuerzas productivas del país: generó pobreza, miseria y por eso que el primer centenario, que implicó 80 años de vigencia del orden Portaliano, fue la época de máxima pobreza en Chile y de crisis de representatividad de la oligarquía. Técnicamente, el orden Portaliano colapsó pero lo salvaron entre los militares, Ibáñez, los políticos, Alessandri, engañando al pueblo. Fue una traición brutal al pueblo que estaba haciendo una propuesta de Estado completamente distinta a la que se impuso en 1925 y luego lo vuelven a salvar los milicos con apoyo de los políticos en 1973…
… esta oligarquía mercantil es la que construyó el Estado Portaliano y estableció los patrones que estructuraron nuestra sociedad, nuestra política hasta el día de hoy, porque hoy tenemos una oligarquía comercial, que es la que nos dirige, porque son los dueños del Jumbo, de Falabella, de Ripley, de las cadenas de farmacias. Piñera, que en el fondo domina las tarjetas de crédito, el transporte. Ellos estructuran el país y lo han defendido siempre. Hoy no tenemos una burguesía industrial como clase dominante, no tenemos una clase capitalista propiamente tal, tenemos simplemente grandes mercaderes, mercaderes banqueros que ya no esconden la plata como en la época de 1810, donde tenían que enterrarla para que no se las robaran los bandidos, pero ahora lo depositan en bancos extranjeros, que es una manera de esconder tesoros también o de invertir en los paraísos tributarios…
Para poder mantener a los chilenos y chilenas en esta condición de expoliación, necesito un Estado que haga una especie de acción policial para mantenerlos ordenados y disciplinados… que se dejen ordeñar tranquilamente sin rebelarse… Ese es el objetivo del Estado Portaliano. Ahora no es muy distinto, porque el Estado que tenemos no es el que elegimos libremente, sino el que dejó Pinochet, una reedición del Estado Portaliano que está jugando el mismo rol… que los chilenos y chilenas se dejen esquilmar tranquilos, con trabajo precario, les damos tarjetitas para que compren celulares y se sientan a otro nivel y este Estado mantiene el Modelo Neoliberal… Ninguno de los candidatos quiere cambiar el modelo en profundidad. Todas las élites, por más que se agarren en el Congreso, no dan una pelea de fondo, porque están todas beneficiadas por el Estado. El caso de la iglesia es bien patético, la iglesia obliga a la autoridad a imponer cosas que los chilenos y chilenas hace tiempo tienen resueltas…” (Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia de Chile, 2009)
Estimados/as amigos/as…
Quizás adolezco de un pesimismo consumado y crónico, pero intuyo que tendremos una democracia más autoritaria, conservadora y tecnificada. Por cierto abalada por un equipo de excelencia… abogados/as, economistas, periodistas, ingenieros/as, médicos/as, empresarios/as, gerentes generales, bancarios/as, profesores/as, decanos/as, entre otros, quienes han recibido medallas, certificaciones y condecoraciones en connotadas universidades nacionales y extranjeras. Una democracia que consolidará el Modelo Neoliberal en nuestro país, donde la lógica del capitalismo sofisticado y explotador materializará nuevas inequidades de clase, género y etnia en la comunidad nacional… Al observar el Gabinete de Ministros/as puedo atisbas que no habrá voluntad para revisar los actuales marcos jurídicos, políticos y económicos, ni intención de examinar los cinturones de castidad y las camisas de fuerza que vulneran nuestro espíritu democrático…
Sólo dos botones de muestra…
El primero, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter señaló “…para nosotros no hay un juicio de reprobación global hacia quienes cumplieron funciones en el gobierno de Pinochet. Ser parte del gobierno militar no es un delito en sí mismo. Los delitos sólo los establecen los tribunales…” Interesantes declaraciones, puesto que el Jefe del Gabinete no condena los actos terroristas y criminales de la Dictadura Militar, ni desaprueba a los/las funcionarios públicos y operadores de justicia que ampararon la violación a los Derechos Humanos. Asimismo, reconoció públicamente el derecho de las organizaciones sociales a plantear sus demandas, pero puntualizó “…deben entender que con el gobierno se habla en orden y con respeto, de lo contrario yo, como jefe de gabinete, tomaré las medidas apropiadas para que las conversaciones se den en ese marco…”. A buen entendedor pocas palabras, los marcos jurídicos, políticos y económicos del Estado Portaliano y sus acciones policiales nos mantendrán bien ordenados/as, respetuosos/as y disciplinados/as, para así ordeñarnos tranquilamente…
El segundo, el subsecretario de Cultura, Nicolás Bär manifestó «…el Bicentenario es celebración, es recordar nuestras raíces, es reflexionar sobre nuestra historia, pero también es pensar el Chile que queremos hacia al futuro de acuerdo a lo que hemos sido, a lo que somos y a lo que queremos ser. El Bicentenario es un aniversario y tenemos que celebrarlo como corresponde… El Evangelio de Chile se ha pensado como una iniciativa de unidad, de comunión de todos los chilenos en torno a la Palabra de Dios. La idea es que nos unamos como país, por eso es la Conferencia Episcopal la que está detrás… ¿Qué nos une? La Palabra de Dios. El 96% de los chilenos tiene un vínculo con la Palabra de Dios…»
Imagino que se preguntará ¿Qué es el Evangelio de Chile? Es un proyecto de la Conferencia Episcopal en el marco de las celebraciones del Bicentenario. Esta iniciativa consiste en la copia manuscrita del Nuevo Testamento, que será entregado en el Santuario Nacional de Maipú en noviembre del presente año. Al respecto, se manifiesta “… será copiado a mano por 8.000 personas en todo el territorio nacional emulando la forma en que los monjes medievales realizaban copias manuscritas de la Biblia. Cada una de ellas escribirá un versículo del Nuevo Testamento, en representación de los distintos grupos que conforman nuestra sociedad…” Por lo tanto, se invitará a los/las artistas, pintores/as, poetas, escritores/as, artesanos/as, escultores/as, etc. a ilustrar estas escenas o escribir estos textos…
En consecuencia, le sugiero a los/las creadores culturales empezar a estudiar la Biblia, consultar el Evangelio y leer la Historia Oficial de los grandes mercaderes, de manera que empecemos a celebrar el Bicentenario de la Independencia de Chile. Porque según Bär “…en este aniversario tenemos que recordar nuestras raíces, reflexionar sobre nuestra historia y pensar el Chile que queremos hacia el futuro, de acuerdo a lo que hemos sido, a lo que somos y a lo que queremos ser…”.
Por Veronica Alejandra Lizana Muñoz
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