“El Trono se conquista por las espadas y los cañones, pero se conserva con los dogmas y las supersticiones”.
Cardenal Jules Mazarino, jesuita, político e intelectual de origen italiano, sucesor de Richelieu y consejero de Luis XIV de Francia (1643-1661).
“La política no necesita de las barricadas para existir. Pero sí necesita que una manera de describir la situación y de contársela a sus participantes se oponga a otra y que se oponga significativamente”.
Jacques Rancière (2009), “Moments politiques. Interventions, 1977-2009”. Lux Éditeur, Mtl., p. 11.
En la reunión del pasado lunes 6 de julio, destinada a dar la impresión de salida de crisis política y a obligar a las huestes partidarias a la cohesión forzada según el esquema de percepción oficialista de la realidad, se intentó de paso calmar el descontento y la desafección ciudadana que no cesa de aumentar. Ahí fue adoptado sin chistar el análisis de la situación financiera del país presentado “con cifras” por el PPD y ministro de Hacienda Rodrigo Valdéz.
Y el viernes 10 de Julio pasado, continuó el ritual de renuncios. Después de un consejo de gabinete, Bachelet se sacó de encima el programa de reformas en nombre de la misma “desaceleración”.
El 6 de julio el ministro de Hacienda comenzó dando cátedra a sus correligionarios de coalición: “Chile no está preparado para la negociación por ramas”, afirmó con respecto a las demandas de los trabajadores y contra la opinión de especialistas (1). Léase: en este Gobierno no caben cambios reales a la Ley Laboral. Sólo habrán acomodos. Ni siquiera un neoliberalismo “corregido” como trató de hacernos creer el sociólogo socialista Manuel Antonio Garretón; en buen bacheletista de la primera hora.
Y es a un callejón sin salida o encerrona neoliberal que condujo el entreguismo de la CUT. En aquella reunión del Comité Político ampliado de la cúpula de la casta política de la NM quedó algo más en evidencia: la capitulación total del Partido Comunista. Cabe constatar que no hubo otro informe alternativo al de Valdéz. Ningún economista, cientista social, politólogo o constitucionalista del PS, PC, PPD, PR, de la IC o de RD cuestiona el modo de empleo político del dogma neoliberal ni el manejo económico de la política.
Aquí no hay alternativa señores. Estamos ante un pinochetismo económico sin Pinochet.
La demostración de fuerza de los tecnócratas neoliberales dentro de la NM
“Todos los factores afectan pues se relacionan con la economía” plantea la sapiencia neoliberal del ministro de Hacienda; que como economista con anteojeras no ve otra cosa que variables económicas ahí donde hay rechazo ciudadano al poder abusivo de la casta político-empresarial en vías de corrupción sistémica. Además de demandas y derechos sociales repetidamente defraudados e insatisfechos. Como ahora nuevamente.
Ya que nunca ha habido liderazgo político en el Gobierno (Caval sólo enfatizó el desinfle y reventó el hechizo supersticioso de M. Bachelet), es la economía la que manda (fue lo mismo con Andrés Velasco en el primer mandato bacheletista), pese a las declaraciones del Presidente del PPD, el inefable senador Quintana, que cambió la retroexcavadora por un “perro guardián” … de eso que llama reformas.
Conectemos ideas y realidades aparentemente dispersas. Como bien sabemos, la economía social de mercado a la alemana, tan defendida por los democratacristianos chilenos (financiados por los institutos alemanes ordoliberales y la CDU de Merkel), sólo lleva el adjetivo de social. Social reemplaza al calificativo capitalista. Ya que está dirigida por los mismos intereses que la democracia representativa formal cautela y favorece. Para ser coherentes, los del gran empresariado; el que les financia las campañas al Duopolio binominal en su conjunto (y a los aprendices de brujo como ME-O que hoy saca la voz al constatar que nunca será el delfín designado de Bachelet ya que la NM optó por Isabel Allende). Y que extrapolando, porque los neoliberales practican la misma política en todas las latitudes, se encarniza (Alemania) contra el pueblo griego, pese a que, según el economista Thomas Piketty, adulado en La Moneda por economistas PS como Gonzalo Martner, hoy cabeza gacha ante Valdéz y Eyzaguirre declara: “Alemania ha estado dos veces en falta (en el pago de su deuda) después de las dos guerras mundiales”. Y ayuda en masa tuvo con el plan Marshall, junto con condonaciones de deudas hechas más tarde por Francia, cuyo presidente actual, por esas volteretas de la historia, el social-liberal François Hollande, es el brazo izquierdo de Merkel en las negociaciones contra Alexis Tsipras.
Y es evidente que en Chile la situación griega es utilizada para impedir las críticas a la regla del déficit cero implementada por Eyzaguirre con Lagos.
Cuando el neoliberalismo sirve de estratagema al poder político
Demos cuenta de lo evidente. Los dirigentes políticos de la Nueva Mayoría saben que no pueden controlar la variable político-social y por eso patean para el lado todas las promesas de reformas junto con el oscuro proceso constituyente, sobre el cual el constitucionalista vedette del PS, Fernando Atria, no se pronuncia de manera clara. “Ya hay demasiado sobre la plancha”, dice circunspecto el francotirador del PPD, el diputado José Auth.
El filósofo esloveno Slavoj Zizek escribe: “[…] el destino de estratos completos de la población e incluso de países en su totalidad puede ser decidido por la solipsista danza especulativa del capital, que persigue su objetivo de rentabilidad con completa indiferencia respecto al modo en que su movimiento afecta a la realidad social” (Zizek, “Against the populist temptation”, 2006, Critical Inquiry, p. 565)
Los jerarcas de la NM insisten en refugiarse en la dogmática económica, que tampoco podrán controlar completamente. Ellos saben que las coyunturas económicas y financieras, en una economía abierta y a la merced de las lógicas del capitalismo global como la chilena, son factor de riesgo permanente y dependen de los avatares del capitalismo global (crisis bursátiles y especulativas, recesión China decidida por la burocracia estatal, baja del precio de los metales, lucha por mercados, ofensivas de austeridad-neoliberales europeas contra sus pueblos, subida de intereses bancarios de EE.UU.-dólar moneda refugio, ataques “austeritarios” de la alianza conservadora-social-liberal-franco-alemana-FMI-Banco Europeo).
Esto es, aceptar las reglas del juego neoliberal en todos los planos del acontecer y jugar con ellas hasta quemarse políticamente.
¿No se quemó hasta la tusa ME-O de tanto jugar con las reglas del juego de SQM y de Ponce Lerou. Éste logró, junto con Luksic, Penta, Enersis, las pesqueras —la lista es larga— que todos los políticos comieran migajas en sus manos y aceptaran el predicamento utilitarista de que todo político tiene su precio?
No es por nada que el esquema de percepción economicista de la casta política chilena es reductor y extremadamente sensible a las recriminaciones y lamentos empresariales. La dirigencia de la Nueva Mayoría se resiente cuando las organizaciones patronales (CPC, SOFOFA, ICARE) y su dispositivo mediático-propagandístico le achacan la responsabilidad de una baja del crecimiento (los tecnócratas neoliberales afines al Duopolio leen los mismos autores, aplican las mismas metodologías; sin olvidar lo más importante: tienen el mismo enemigo; el pueblo trabajador, endeudado abusado por la Polar, las farmacias, las Isapres y por la casta político-empresarial). Los remordimientos los asaltan cuando sus financistas los aguijonean. Mas aún si una poderosa red de políticos concertacionistas-empresarios atraviesa con sus vínculos endógenos todo el espectro político y oligárquico.
Cabe preguntarse entonces para qué sirve la democracia. Si al fin de cuentas gana siempre el empresariado, su crecimiento y su política económica. Otra razón de más para la desafección ciudadana: ¿para que están los políticos y la política si acaban siempre mandando los que manejan la economía, defraudan y corrompen?
La nueva cocina y la vieja estrategia neoliberal
La oligarquía capitalista nacional-global sabe que está en situación de poder para mover los hilos de la más compleja situación económica y poner sus capitales al resguardo. Sin contrapeso allí donde no hay aún alternativa a la alternancia.
La verdad es que no deberíamos hablar de chantaje empresarial para justificar tal postura, sino que de un “pensamiento único”, según el concepto acuñado por Ignacio Ramonet. Que sirve de marco de percepción de la realidad y de sistema de creencias al juego funcional de criticas-pretextos entre la misma casta político-empresarial con el fin de mantener la superstición de que la casta política gobierna para el país y las mayorías.
Para mayor antecedentes es conveniente leer los análisis de Iván Vitta en fundacioncrea.cl (2) y de Paul Walder en elclarin.cl (3) acerca de la situación de la economía chilena y de las manipulaciones empresariales.
Por supuesto, y la ciudadanía así lo entiende, la escenografía busca hacer olvidar el esquema de corrupción generalizada en la cual se mueve la casta político-empresarial. Y aquella no lo perdona. Por eso los castiga en las encuestas y no apoya la implementación de “sus” reformas. Realidad (las prácticas corruptas) que es estructural y que las fuerzas políticas y sociales populares no deben tomar a la ligera, sino que darle toda su importancia en sus análisis, proyectos, movilizaciones y programas.
Las anteriores son realidades fácticas que explican porqué el ministro Valdéz tuvo en el encuentro oficialista el mismo discurso que el gran empresariado. Es a ellos que hay que darles señales políticas que ayuden a generar confianzas e incentivar las inversiones señalaba éste en El Mercurio. No hay ninguna duda ahora: el reformismo gradualista de los pequeños pasos llamados pomposamente “cambios estructurales” durante la campaña, quedó atrás. Cabe repetirlo, éstos se inscribían en una finalidad gatopardística; la del viejo concertacionismo del pacto transicional. Y la ciudadanía así lo entendió.
Es evidente que la propia dinámica del capitalismo y las ofensivas neoliberales generan crisis, recesiones y desaceleraciones características propias del funcionamiento del sistema económico mundial. Pero de lo que se trata, para las fuerzas de transformación social, es de salir del precipicio neoliberal. De construir perspectiva y significaciones diferentes. De encontrar y aplicar alternativas a la lógica económica que se aprovecha de los desastres y aberraciones que el mismo modelo genera (concentración oligárquica de la riqueza y del poder político, desigualdad, privatizaciones, cesantía, corrupción de cuño mafioso, endeudamiento, preeminencia de las inversiones en el extractivismo depredador).
Es posible salirle al paso a la aplanadora neoliberal y aplicar medidas preconizadas por economistas de renombre como el ya citado Thomas Piketty, quien en entrevista a la revista parisina Marianne (12-18 de junio/2015) afirma: “la historia económica nos enseña que siempre hay alternativas”. Buena parte de la juventud universitaria y sectores de trabajadores así lo entendieron.
En otros términos, en vez atender los lamentos empresariales y realizar ajustes técnicos a la tibia reforma tributaria, o consolidar el plan laboral de la dictadura, o mantener el negocio educativo y desentenderse de la educación pública, hay que elegir gobiernos, que al contrario de la Alianza y la NM, tengan la voluntad y el coraje político de aumentar los impuestos a las grandes fortunas y patrimonios y a los tributos de las empresas y altas rentas; aumentarle el royalty a la gran minería; realizar inversiones públicas en infraestructura y desconcentrar la gran propiedad privada como bien lo señala Carla Amtmann (4). Junto con renacionalizar e invertir en educación pública y salud. Basta de pedirle peras al Olmo. Para eso se necesita un Buen Gobierno y no uno como este que sólo vela por una economía que favorece al rango del 1 al 5% de los súper ricos de Chile.
Y es de todo este malestar político y descontento social que buscarán aprovecharse políticos outsiders y oportunistas como Parisi o ME-O. Éste será una carta de recambio de la oligarquía. Ya tiene tribuna abierta en los impresos del duopolio periodístico.
Hay que hablar del giro del PC
Peor. Esto no es todo. Hay sucesos cruciales. Y éste es uno. Allí, en la publicitada reunión del 6 de julio con media página de cobertura en El Mercurio; con fotos que no pueden ser más elocuentes y que contó con el refuerzo ideológico en el plano de la ortodoxia neoliberal del tecnócrata, ex FMI, Nicolás Eyzaguirre, fracasado ex de Educación y actual factótum de Bachelet para tramitar leyes del Gobierno en el Congreso, no hubo ninguna voz discordante ante la tiranía de la agenda neoliberal.
Guillermo Teillier, el timonel del Partido Comunista, suscribe sin comentarios, ahora, en la Nueva Mayoría, todo lo que antes le criticaba a la Concertación. Y es con la anuencia del PC; de su militante y presidenta de la CUT Bárbara Figueroa y, con el resto de la burocracia sindical DC y PS, que se forjó un férreo pacto anti trabajadores. Este busca legalizar una Ley que va en la lógica de preservar el crecimiento, la inversión y la flexibilidad para provecho empresarial.
Los partidos comunistas han sufrido mutaciones reales. El chileno ya no practica el “reformismo obrero” ya que ha sufrido una transformación parecida a la que ha conocido, no la socialdemocracia sino el Partido Comunista Italiano. Este se ha convertido en un partido burgués de centro. En efecto, en función de la historia de los PC y las necesidades de la alternancia política, partidos como el PC chileno no son partidos burgueses como los demás. Sería un partido que oscila entre la defensa del orden y la reforma gradual, pero anteponiendo siempre la defensa del modelo y el sistema capitalista y su régimen político postdictadura a las reformas estructurales que permitan democratizar las instituciones y construir pueblo ciudadano armado de derechos sociales.
Hemos visto cómo al PC ya no le interesa obtener compromisos sociales favorables a los trabajadores, pero sí salvaguardar el orden capitalista. El proyecto neoliberal de la NM no se lo permite, como tampoco a las socialdemocracias de operar en esta doble maniobra reformista.
Y puesto que el giro del PC es un elemento importante en el momento político actual, ya que crea un vacío político en el seno del pueblo, genera frustraciones en sectores sindicales y robustece la opción neoliberal de la NM, a la vez que, como moneda de cambio, le permite al PC ocupar posiciones dentro del aparato estatal (utilizando el discurso seudo gramsciano de guerra de posiciones dentro de la institucionalidad para venderle el giro neoliberal a la base) cabe también integrarlo para ser analizado más en detalle con el fin de levantar las propuestas y proyectos para construir pueblo empoderado.
Lo trabajadores fuera de la CUT lo han denunciado. La ley laboral del Gobierno y de la ministra DC Rincón es una impostura (el origen en latín de impostura, imponere, es imponer una carga al alguien, sin que se note, pero por medio del engaño) puesto que su finalidad es satisfacer la voracidad empresarial ofreciéndoles la explotación de los trabajadores. Es, por donde se la mire, un regalo en bandeja de plata al empresariado y una negación en la letra de los tratados suscritos por Chile con la OIT. Para tal efecto, conviene leer el detallado articulo del especialista en derecho laboral José Luis Ugarte (1).
Cuando el Partido Socialista ya no es ni una caricatura de partido socialista
Recordemos que Isabel Allende, la flamante presidenta del Partido Socialista ya había dado el tono acerca de la prioridad que había que darle a la agenda del crecimiento que comanda la oligarquía neoliberal. Ahora acaba de reafirmar una vez más que el partido de Salvador Allende ya no es más un partido Socialista, sino que un aparato diligente del dispositivo político dominante destinado a perpetuar la obra económica de la dictadura desde las instituciones políticas instaladas por ella. Con el silencio cómplice de todo una gama de intelectuales del PS que han contribuido a vender la imagen de un partido socialista de los trabajadores y de izquierda. Digámoslo claramente: no hay voces ni intelectuales disidentes en el PS.
La destitución del senador Navarro, su sentido y la necesidad de una respuesta social a la corrupción político-empresarial
No se trata de hacer una apología del senador Navarro. No es santo para devociones. Pero hay que reconocer que dio en el clavo con su postura de exigirles a sus pares senadores que sinceraran si habían recibido dinero de las grandes empresas pesqueras para aprobar la Ley de Pesca que las favorece en detrimento de los pescadores artesanales. Ante tal actitud del Senador Navarro, que calificamos de coraje político, sus adversarios y enemigos dieron un paso, que más allá de amparar las practicas corruptas y destituir a Alejandro Navarro va en un sentido de abandono de las responsabilidades del Senado como institución fiscalizadora. El hecho, que fue registrado por la ciudadanía no ha sido analizado en toda su significación. De la tarea de justificar la destitución fue encargada Isabel Allende, la presidenta del PS. Ingenua o no, se prestó para algo grave.
En este punto cabe reflexionar acerca de la pertinencia de los análisis del juez italiano anti-mafia Roberto Scarpinato y del periodista italiano Saverio Lodato en el libro “El retorno del Príncipe. Poder & criminalidad”. (2015, Èditions la Contre Allée, 339 p.) en el cual puede leerse: “Nadie que haya podido entrever el lado obsceno de la Historia puede permitirse develar sus secretos sin correr el riesgo de ser aplastado por la reacción compacta y transversal de todo el sistema (p. 95)”.
¿Exageramos? No. La experiencia del juez italiano se aplica de manera fecunda para entender la reacción de la casta política después de la exigencia del senador Navarro de develar nombres de senadores, empresas pesqueras y montos de fondos reservados.
Edwy Plenel, destacado editor del periódico digital mediapart.fr francés que ha revelado escándalos de corrupción en el Gobierno socialista de F. de Hollande (El llamado affaire Cahuzac) en el prefacio de la obra, éxito de librería en Francia e Italia, designa al juez Scarpinato, que vive bajo escolta permanente, como un un “Justo por deber, un héroe por necesidad”. Y Plenel lo comenta y cita: “El verdadero poder es siempre obsceno dice el juez italiano en su libro-entrevista […] Mostrar la obscenidad que sorprende, indigna y rebela, es decir, develar lo que hay fuera de escena (obs-ceno en latín) con el fin de romper la Omerta (la ley del silencio en el medio mafioso) que permite al poder, el del dinero como el del crimen, de escapar a la vergüenza de la verdad develada […] pues el secreto es la obscenidad profunda del poder; es por eso que cuando ha sido desnudado, su vulgaridad nos asombra y deja estupefactos. En la escena, en sus lugares institucionales este poder presenta la apariencia de una representación destinada al público. Fuera de la escena, este poder se libra a sus tráficos, movidas y arreglines en nombre de sus intereses brutos y brutales, sin ninguna delicadeza. De ahí el reto. De lo decisivo del acto de develar, en el cual los periodistas y magistrados son los actores muy a menudo calumniados y siempre atacados (p.16, traducción libre)”.
Una cita más directa de “El retorno del Príncipe. Poder & criminalidad” nos deslumbra por su advertencia: “La asociación mafiosa se caracteriza por su finalidad particular, que no consiste simplemente en cometer crímenes, como es el caso de las asociaciones criminales ordinarias, sino que en conquistar ilegalmente espacios de poder, particularmente el económico y el político” (p 17).
Un magnífico aporte para desmenuzar políticamente la corrupción. Un marco científico de análisis se desprende del libro de Roberto Scarpinato y Saverio Lodato para analizar la corrupción política, la criminalidad de cuello y corbata de Edwin Sutherland (5) y los desafíos de los movimientos democráticos y antioligárquicos.
En esta misma orientación apuntaba la editorial de elmostrador.cl del 3 de julio pasado (6). Ella da justo en el clavo al abordar el meollo del asunto después de las declaraciones de Francesco Starace, CEO de Enel, empresa italiana propietaria de Enersis que está en el centro de la polémica por financiamiento ilegal de la política y recolección de platas para la campaña de Bachelet por Jorge Rosenblut, el ex presidente de Enersis.
El editorialista de elmostrador.cl escribe: “De su punto de vista se desprende que Francisco Starace (el director italiano de Enel) parece estar más cerca de la Tangentópolis , y la crisis de financiamiento ilegal de la política que sacudió a Italia hace un par de décadas, que de una visión ética de los negocios”.
Con la salvedad y aclaración que hace el propio juez Scarpinato en su libro al sostener, a partir de su experiencia cotidiana en la magistratura, que: “ese mal oscuro que corroe el poder en Italia sigue presente”. Y lo dice en estos términos: “El método mafioso pierde su visibilidad, no porque desaparece sino porque se propaga” (p.17).
¿No cabe entonces atacar el problema de raíz y no trivializar o restarle importancia política a la corrupción que se disfraza legalmente de fondos reservados y otras prebendas? Exigir que el Servel transparente la información y entregue los nombres de los parlamentarios y los montos de las empresas (de todas y no sólo de las pesqueras) que hayan entregado fondos reservados es una buena medida.
Cabe partir de este postulado entonces.Todo este tiempo nos han mantenido en el engaño acerca del carburante de la máquina política institucional. ¿No será la retórica de la transparencia otra artimaña más, una especie de nueva superchería del poder como lo decía Mazarino, para hacernos creer que todo es observable, pero que sólo observamos lo que se nos da para que sea observado?
Es la pregunta que circula entre muchos ciudadanos. La respuesta que desde nuestra óptica debe hacer sentido es: necesitamos un cambio que no sea efectivamente un mero recambio del bipartidismo dominante. Pero tampoco un ME-O o un Parisi ni menos un Lagos.
Filosofía del momento político y salida de crisis
El filosofo Jacques Rancière nos dice que en política activa “se trata de identificar lo que hace la singularidad del momento político y de dibujar el mapa del presente que este momento define”.
“Un momento político ocurre cuando la temporalidad del consenso es interrumpida; cuando una fuerza es capaz de actualizar la imaginación de la comunidad que está comprometida allí y de oponerle otra configuración, otra manera de ver y plantearse la relación de cada uno con todos”.
En el mapa de las relaciones de poder en Chile, la responsabilidad democrática está en manos del pueblo ciudadano que está por construirse. El punto de partida es la fuerza de sus movimientos sociales activos: el sindical que debe asumir su propia historia de derrotas y avances en pos de reconquistar su autonomía ya que una buena parte de quienes dicen representarlo abdicó a su deber; el estudiantil con su digna rebeldía, también histórica, que debe tener la inteligencia de ampliar el espacio de su influencia social luchando contra la máquina interpretativa gubernamental y empresarial que borra la singularidad de su lucha social y busca reinterpretarla en las categorías de la dominación; el poblador con su experiencia acumulada y el ecologista-ambientalista, que esta vez, como lo fue en el siglo XIX la encíclica Rerum Novarum de León XIII sobre la condición obrera que influyó de manera decisiva en el desarrollo de una Teología de la Liberación, tiene el apoyo de un documento papal, Laudate Si, que adopta muchas tesis del ecosocialismo y que permite configurar una mirada ecosocialista y anticapitalista cristiana ante la depredación de la naturaleza por la oligarquía capitalista.
Por supuesto, la política como actividad humana noble sólo existe por y en la acción de los sujetos colectivos que construyen perspectivas, pero la consistencia de las alternativas que ellos van construyendo depende de la batalla incesante de las interpretaciones estatales, partidarias, mediáticas, seudo científicas —como el de la dogmática neoliberal— que intentan una y otra vez de apropiarse de ellas.
Para la situación concreta, Carla Amtmann acierta en su perspectiva de salida crisis: “Una tercera fuerza debe lograr recuperar el sentido de militancia social que la privatización de la política nos ha arrebatado, debe ser capaz de transformar el descontento en organización, y la desesperanza en voluntad de cambio y lucha. Por ende, una tercera fuerza no requiere mera clientela electoral votante de un programa, sino que debe ser activismo social organizado. Y esto no es tarea sencilla” (4).
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NOTAS
(1) José Luis Ugarte: “El senador Lagos Weber y la OIT a la carta”:
http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/07/07/el-senador-lagos-weber-y-la-oit-a-la-carta/
(2) Iván Vitta, “La coyuntura de bajo crecimiento y la crisis de legitimidad”:
http://www.fundacioncrea.cl/wp-content/uploads/2015/07/TN-12-FINAL.pdf
(3) Paul Walder, “Vuelve la conspiración económica”:
http://www.elclarin.cl/web/opinion/politica/16024-vuelve-la-conspiracion-economica.html
(4) Carla Amtmann, “Una salida a la crisis”:
http://www.fundacioncrea.cl/wp-content/uploads/2015/07/TN-12-FINAL.pdf
(5) “Sociología de las elites delincuentes. De la criminalidad de cuello y corbata a la corrupción política”: http://g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=20210
(6) Editorial de elmostrador.cl: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/07/03/la-dignidad-y-el-interes-de-nacional-de-chile/