La huelga general de 24 horas convocada contra los recortes en salarios y pensiones paraliza el país. El Gobierno acusa a la UE de doble moral y a Italia, Francia y Bélgica de falsear también sus estadísticas.
Grecia afronta hoy una huelga general convocada por las grandes centrales sindicales contra los profundos recortes anunciados por el Gobierno del socialista Yorgos Papandreu para sacar al país de una grave crisis financiera y reducir el déficit.
En medio de las protestas, el vicepresidente del Gobierno, Theodoros Pangalos, ha acusado a la Unión Europea de falta de liderazgo y de hipocresía a la hora de tratar los problemas dependiendo de qué país se trate y ha denunciado que Italia, Francia y Bélgica también falsearon sus estadísticas.
Tras el paro de los funcionarios de hace dos semanas, hoy todos los trabajadores están llamados a la huelga y a las manifestaciones convocadas en las principales ciudades para mostrar el rechazo de la sociedad al plan de austeridad. En Atenas, donde se han manifestado cerca de 20.000 personas, según los cálculos recabados por la agencia Reuters, las protestas han acabado en disturbios con la Policía.
En total, más de dos millones de trabajadores adscritos a la Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE), la Unión de Funcionarios Civiles (ADEDY) están llamados a la huelga. Representan a la mitad de la fuerza laboral del país.
Sin servicio en los puertos, vitales para las conexiones con las islas, ni en los aeropuertos y con los ferrocarriles en servicios mínimos, solo funcionarán los autobuses en las grandes ciudades de la República helena para facilitar la participación en las manifestaciones. A este respecto, las cifras son ciertamente dispares: según el Gobierno, ha secundado la huelga un 16%, mientras que el sindicato público ADEDY la cifra supera el 90%.
También las oficinas estatales, los bancos, los colegios y hospitales, mantienen cerradas sus puertas, lo que prolongará el parón de la actividad en el país hasta mañana. Incluso está cerrado el espacio aéreo, por lo que se han cancelado unos 400 vuelos previstos y sólo se abrirá para los casos de emergencia y para las operaciones de Estado. Los periodistas y los técnicos de la televisión también participan en la huelga, lo que supone un apagón informativo de 24 horas.
AJUSTE OBLIGADO
Bruselas ha impuesto a Grecia un severo plan de ajuste, cuyo cumplimiento vigilará rigurosamente, para que reducir el déficit público, actualmente en el 12,7% del PIB, a razón de cuatro puntos porcentuales al año. Para lograrlo, el Gobierno ha anunciado recortes en los sueldos de los funcionarios -congelación salarial y reducción de las primas, muy generalizadas-, el aumento de la edad de jubilación, subida de impuestos y un fuerte tijeretazo en el gasto público. La mayoría de la población apoya las medidas de ajuste del Gobierno socialista.
Asimismo, una delegación de observadores de la Comisión Europea, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Central Europeo revisan desde el martes la puesta en práctica de las medidas acordadas con el Ejecutivo comunitario para superar la crisis. Mientras, la agencia internacional de calificación de riesgo Fitch bajó ayer, por segunda vez desde principios de diciembre pasado, la califiación de los cuatro mayores bancos comerciales de Grecia.
«Son los ricos los que nos trajeron hasta el borde de la bancarrota y son ellos lo que tienen que pagar», ha comentado esta mañana Elefterios Fotopulos, trabajador de una imprenta, mientras esperaba en un barrio ateniense a que los autobuses volvieran a circular tras un paro de varias horas, para poder asistir a una manifestación. Precisamente, el Gobierno también ha anunciado aumentos de impuestos para los productos de lujo.
Fuente: www.nuevatribuna.es