En la historia han existido innumerables personajes que se han quedado en la memoria de las personas de generación en generación gracias a sus actos, que buenos o malos, han cambiado el rumbo de la humanidad.
Muchos de estos hombres y mujeres han sido inmortalizados en libros, retratos, películas y hasta series de televisión, convirtiéndose en leyendas, pero la realidad es que son pocas las personas que en verdad conocen la versión “auténtica” de estos personajes, pues en su mayoría, nos quedamos con el discurso “oficial” de los hechos.
De hecho, en muchos casos, llegamos a desconocer los nombres reales de aquellas figuras que idolatramos o aborrecemos, sí, únicamente nos quedamos con el seudónimo o alias con el que se desenvolvieron durante su vida y lucha, mismo que se quedará después de su muerte…
- Rolihlahla
Este es el nombre que se le dio al nacer al hombre que más tarde sería conocido como Nelson Mandela. Rolihlahla, es una palabra de origen xhosa que significa halar la rama de un árbol. Nelson fue el nombre de origen inglés que su maestra le dio en su primer día de clases, pues era una costumbre debido a la influencia de Reino Unido en la educación de su país; así lo relató el mismo Mandela.
- Calígula
Su nombre real y completo era Cayo Julio César Augusto Germánico, o “Gaius Julius Caesar Augustus Germanicus” en el latín de aquellos tiempos. A pesar de ser el emperador sanguinario, psicópata y antisocial de Roma, el apodo de Calígula, con el que es conocido hasta nuestros días, lo obtuvo a los 3 años de edad, cuando acompañaba a su padre a las campañas militares. Calígula significa “Botita”, y es que era considerado como la mascota del regimiento.
- José Doroteo Arango Arámbula
Mejor conocido como Pancho Villa es considerado uno de los héroes mexicanos, debido a su incansable lucha durante la Revolución Mexicana. El seudónimo de Francisco Villa lo tuvo que adquirir debido a que hirió de bala al hacendado donde trabajaba, pues el patrón se estaba propasando con su hermana, por lo que huyó al monte y decidió cambiar de nombre.
- Vladimir Ilich Ulianov
Conocido por ser el líder comunista ruso durante la revolución de aquel país, decidió cambiar su nombre aVladimir Lenin. Cambio de apellido a Lenin para protegerse, dado a sus textos revolucionarios que tenían su nombre. Algunos creen que Lenin es un nombre que le surgió cuando estuvo en exilio en Siberia.
- Michael King
Fue el nombre con el que se bautizó al que se conocería en el mundo entero como Martin Luther King Jr. Fue su padre, quien también se llamaba Michael King, quien decidió cambiarse el nombre y el de su hijo en un viaje a Alemania, en honor al reformador protestante Martin Luther en 1934.
- Eric Arthur Blair
¿Te suena el nombre? ¿No? Pues se trata del escritor inglés George Orwell famoso por obras como Rebelión en la granja (1945) y 1984 (1949). El seudónimo con el que todos lo conocemos lo adoptó en 1933 al escribir su libro Sin blanca en París y Londres, donde describía la pobreza en la que había caído. Jorge es el santo patrono de Inglaterra y Orwell es un río, uno de los lugares más emblemáticos de los ingleses.
- Lev Davidovich Bronstein
Este personaje ruso involucrado en la política y revolución de aquel país, fue perseguido hasta nuestro país, donde se le conoció como León Trotski, sí el amigo de Diego Rivera y, se dice, amante de Frida Kahlo. Trotski fue el nombre que utilizó para poder huir. Viajaba con un pasaporte falso, a nombre de Trotski, uno de sus carceleros de Odesa.
- Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz
Sí, se trata del poeta mexicano Amado Nervo, y no creas que es un simple seudónimo, pues se cuenta que su padre quiso simplificar su apellido y por ello lo llamó Amado Nervo.
- Pablo Jesús Méndez o Jesús Arriaga
Es el nombre de pila que recibió el que más tarde sería conocido como uno de los bandidos más famosos de México. “Chucho el roto” se caracterizaba por ayudar a los pobres a finales del siglo XIX y quien escenificó una insólita fuga del penal de San Juan de Ulúa.
- Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
El poeta chileno decidió utilizar en seudónimo de Pablo Neruda a los 17 años de edad, cuando comenzó a publicar sus trabajos y para evitarle un disgusto a su padre, quien se oponía a que su hijo fuera poeta.