Piensa que eres un globo aerostático imaginario. Estas sólo tú y todas tus pertenencias en la cesta de mimbre. Algo salió mal y estás perdiendo rápidamente la altitud y sabes que vas a chocar con el suelo en menos de diez minutos si no se te ocurre algo rápido.
La única solución inmediata es deshacerte del exceso de peso y tirar al menos la mitad de tus pertenencias, es eso o caerte y chocar. Entonces miras tus cosas y lo dudas por unos segundos, pero luego haces lo que tienes que hacer y empiezas a lanzar todo lo que has reunido durante la mitad de tu vida. La carga se vuelve más ligera, el descenso se desacelera y entonces estás flotando de nuevo para volver a la altura normal. Te sientes totalmente aliviado.
Esto nos pasa a todos nosotros en circunstancias menos dramáticas. Nos apegamos a las cosas que hemos acumulado a lo largo de los años, aunque algunas de ellas puede que tengan un valor práctico, otras sólo las hemos guardado de una manera sentimental a lo largo del tiempo, mientras que el resto es simplemente basura.
Nuestra mentalidad corre con la misma suerte. Llevamos con nosotros un montón de cosas en la cabeza a lo largo de los años; nuestra historia de vida, apegos emocionales, creencias y otras cosas que pueden persistir en nuestra mente durante muchos años.
Algunas de ellas son ideas inútiles que nos tiran hacia abajo drásticamente; varias son escombros emocionales de los momentos más difíciles de nuestro pasado; otras son sólo creencias a las que nos hemos apegado sin justificación aparente y el resto son sólo temores y hábitos autodestructivos.
Así que si estuvieras en la situación del globo aerostático ¿Cuáles de estas barreras mentales dejarías ir?
1. Deja ir los apegos
De acuerdo con la filosofía budista, el apego es una de las raíces de todo sufrimiento y no puedo estar más de acuerdo. Nos apegamos a todo tipo de cosas, incluso a las nociones de auto-destrucción más estúpidas en el universo ¿Estás apegado a algo? ¿Qué tanto? ¿Ese apego te está alejando de algo importante para ti? ¿Te hace sufrir? Tienes que dejar la ilusión de lado y saber que todo algún día puede llegar a separarse.
2. Deja de lado la culpa
La culpa no cumple absolutamente con ninguna función en la vida. Piensa en ello ¿Qué puede ser resuelto con culpa? Sólo te mantiene atado a la auto-mortificación y a la tristeza.
3. Deja de lado los pensamientos negativos
Los pensamientos pesimistas y las actitudes negativas te mantienen encerrado en una aura oscura que contagia todo lo que haces y se vuelven peligrosas para ti. Tienes que entender que los pensamientos influyen en las acciones y en el mundo que nos rodea.
4. Deja de ser tan autocrítico
Muchas veces somos nuestro mayor dolor de cabeza. Al principio nos criticamos con la mejor de las intenciones, pero sobrepasamos los límites y la autocrítica se convierte en mensajes que te quitan poder. Deja ir esas actitudes y sé amable y gentil contigo mismo.
5. Deja ir los prejuicios
El prejuicio es una actitud que te mantiene amargado y resentido. Asimismo, te restringe de las oportunidades de comunicarte de manera efectiva con los demás.
6. Deja ir los pensamientos compulsivos
¿Sigues haciendo algo sólo porque sientes que debes hacerlo sin tener ninguna razón aparente? Este es el momento de reflexionar honestamente sobre su utilidad y sus efectos secundarios.
7. Deja de lado la necesidad de ser aprobado por los demás
A menudo tendemos a buscar la aprobación de los demás. Este es un comportamiento de búsqueda de atención que amenaza constantemente nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestra autenticidad.
8. Deja de lado las creencias que te limitan
La mayoría de nuestros límites son impuestos por nosotros mismos. La vida no tiene límites definidos, pero sí los tienen nuestras creencias. Aprende a identificar aquellas que disminuyen tus posibilidades y oportunidades de una vida mejor y déjalas ir.
9. Deja de lado los rencores
Déjame ponerlo de esta manera; los rencores son malos para el corazón. Mantenlos el tiempo o la cantidad suficiente en tu cabeza y tarde o temprano tu salud sufrirá. La ciencia está demostrando la relación entre las enfermedades del corazón y las emociones como la ira y el rencor.
10. Deja ir esa actitud de “mañana lo puedo hacer”
Esta es una dilatoria táctica que tiene tu subconsciente para tratar de evitar el cumplimiento de tareas importantes. Trata de pensar en ello cuando estés pensando en tomar esa actitud y conscientemente empújate a hacer, por lo menos, la primera parte de la actividad. Luego, naturalmente realizarás toda la tarea porque la parte más difícil es sólo el comienzo.
11. Deja ir los pensamientos de ansiedad
Estos nacen de nuestro miedo a lo desconocido y a la incertidumbre sobre el futuro. La idea de que algo desagradable pueda pasar es sólo un pensamiento irreal que hemos creado nosotros mismos. Pregúntate a ti mismo: “¿Este pensamiento ha sido basado en pruebas reales?”.
12. Deja ir las angustias pasadas
Un corazón roto puede tomar bastante tiempo para sanar. Tu corazón se bloquea cuando tu mente sigue divagando sobre el mismo pensamiento. Es necesario entender que tenerlo roto, no significa que es la pérdida lo que le hace sufrir, sino la idea que creamos en nuestras cabezas sobre esa pérdida.
13. Olvídate de los malos recuerdos
A veces nos acordamos de las cosas desagradables que suscitan algunos sentimientos tristes en nosotros. Los malos recuerdos te hacen revivir esos momentos tristes en el presente, haz el esfuerzo por mantenerlos dónde están: en el pasado.
14. Deja ir las cosas inútiles
También nos apegamos a todo tipo de cosas. A veces desordenamos nuestra vida con una gran cantidad de cosas inútiles, pero déjalas ir y te aseguro que simplificarán tu ambiente de vida y de trabajo.
15. Aléjate de las malas compañías
Si hay personas a tu alrededor que no son sinceras, son envidiosas o muy pesimistas, mantente alejado de ellas.
16. Deja ir la idea de que eres el producto de tu pasado
Un error muy común es que caemos en la creencia de que estamos determinados por nuestras experiencias pasadas. Esto limita nuestra visión sobre las posibilidades futuras, ya que somos presos de creer que el futuro sólo va a ser igual a como ha sido nuestro pasado.
17. Deja ir la idea de sentirte identificado con tu trabajo/papel
Este es uno de los riesgos de la vida moderna. Desde que los papeles de un trabajador son cada vez más especializados, pensamos que nosotros somos parte de nuestras funciones. Esto nos hace perder la perspectiva de nuestra verdadera naturaleza.
18. Deja de lado los hábitos contraproducentes
Estos son los patrones repetitivos de comportamiento que te obstaculizan o te distraen de un comportamiento constructivo y productivo. Pueden ser cualquier cosa, desde ver demasiada televisión y comer en exceso hasta un comportamiento autodestructivo como el abuso de drogas.
19. Intenta no tomarte las cosas como algo personal
Muy a menudo estamos perturbados emocionalmente porque interpretamos las palabras y las acciones de los otros desde una perspectiva muy subjetiva. Cuando tomamos las cosas personalmente nos irritamos, nos decepcionamos y sentimos tristeza. En cambio, cuando se mira la vida desde un punto de vista más distante y objetivo, logramos un equilibrio emocional centrado en nuestras prioridades.
20. Deja de fijarte tanto en el reloj
El tiempo es una de nuestras mayores fuentes de estrés. Bueno, no es realmente el tiempo, sino nuestra percepción de él. A veces estamos esclavizados por este concepto, incluso en los momentos de ocio. El reloj ha devorado gran parte de nuestra verdadera libertad y espacio. Aprende a vivir los momentos de la vida sin estar preocupado constantemente, puede ser liberador y muy productivo.