La secretaria: la fantasía sexual más recurrente

¿Qué se busca cuando se pretende contratar a una secretaria? Entre los requisitos se encuentra una perfecta ortografía, conocimientos básicos de computación e inglés, letra legible, atención al cliente y una actitud positiva.

Mientras inocentemente las candidatas cuestionan si cumplen con todas las aptitudes, entre líneas otros leen sensualidad, discreción, compresión y libertad.

Se dice que el día de la secretaria es la fecha del año con más afluencia en los moteles, incluso más visitado que el día del amor y la amistad. También se dice que la secretaria, tarde o temprano, se enamora de su jefe, como en las telenovelas mexicanas… dicen.

Existen una gran cantidad de mitos que rodean la profesión de la secretaria, algunos más reales que otros. Así, entre escándalos y fantasías de oficina, ellas también tienen su día, celebrado el tercer miércoles de julio desde hace ya más de 60 años, porque si no se le festejara, ¿quién toleraría los coqueteos diarios?

Hablando de fantasías, un mito que ha permanecido en la mente del hombre por muchos años, a través de la cultura popular, es ver a la secretaría como un objeto de deseo prohibido y pecaminoso. El cine, las novelas, las telenovelas y obras de teatro se han dado a la tarea de posicionar en la mente del humano a esta profesión con dos caras divididas entre la dulzura y la lujuria que toma dictado todos los días.

Según una investigación realizada hace algunos años por una red social para infieles, las secretarias se llevan el primer lugar entre las fantasías sexuales masculinas. Y es que ese atuendo cliché provocador estilo “traje sastre gris oscuro casi negro”, es un disparador de imaginación que hace que los jefes no se puedan parar del escritorio después de que ésta cruce la puerta.

Películas como Secretary (2002), Working Girl (1988) o la más reciente serie que transporta a los 60, Mad Men, dejan ver cómo la relación entre un alto mando y una secretaría va más allá del escritorio y responder llamadas, acercándonos al mundo de ilusiones y crueldades que viven las profesionales de la mecanografía.

La secretaria es símbolo de responsabilidad, obediencia, orden y trabajo. Pero también se le asocia con una infinidad de cosas que permiten a las parejas hacer realidad esa fantasía de ser por un día la obediente secretaría y el intrépido jefe.

Algunos de esos elementos que conforman el juego insaciable son:

Anteojos de pasta que dejen al descubierto ese lado de inocencia, pero que escondan la perversidad en la mirada.

Traje sastre compuesto por una ajustada minifalda, un chaleco que resalte los atributos superiores y una blusa blanca semi abrochada que deje a medio ver lo que “no” se quiere enseñar.

Medias de red que adornen esas largas piernas e inciten a que la imaginación no tenga barreras, hasta poderlas romper.

Labial rojo que deje rastros sobre el cuello de la camisa. Las mordidas y los besos serán más apasionados, sin olvidar el esmalte de uñas que siempre se hace presente sobre el escritorio, que es un extra para la fantasía.

Tacones altos que se escuchen al caminar, torneen la figura y agreguen ese toque de feminidad y desbordante sexualidad al andar.

Lápiz, libreta y otros accesorios de papelería en mano que hacen de la fantasía una realidad cien por ciento cumplida.

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