El juicio que comenzó este lunes en Dakar contra Hisséne Habré tuvo que ser aplazado hasta el próximo 7 de septiembre ante la falta de comparecencia de los abogados de el ex dictador. Habré se niega a reconocer la legitimidad del tribunal que lo juzga por crímenes de guerra y lesa humanidad, tribunal que fue creado en 2012 mediante un acuerdo de la Unión Africana y Naciones Unidas.
En 1990 el ex dictador Habrén fue derrocado por el actual mandatario Idriss Déby Itno y huyó a Senegal para vivir en el exilio hasta que en 2005 fue detenido por presuntos crímenes de guerra. Este lunes iba a ser juzgado en Dakar pero el tribunal concedió un receso a la defensa para preparar el proceso, por lo que el juicio al ex dictador de Chad se pospone hasta el 7 de septiembre.
Los jueces designaron tres abogados de oficio para el ex dictador que tendrán hasta septiembre para preparar la defensa. La asignación de estos nuevos abogados la llevó a cabo el tribunal ante la incomparecencia de la defensa del ex mandatario chadiano.
El representante legal de las víctimas, William Boubon, advirtió que el retraso del juicio favorece al acusado, pues «está haciendo todo lo posible por evitar el enfrentamiento (…) El juicio no debe ser secuestrado por Habré«.
El fiscal aseguró compartir la preocupación de las víctimas, pero argumentó que el tribunal tiene la obligación de conceder la moratoria de 45 días a los nuevos abogados de Habré para preparar el caso, porque así lo prevé la legislación senegalesa.
Hisséne Habré gobernó en Chad a base de terror y miedo durante ocho años, en los cuales, según denuncian las víctimas, ordenó el asesinato de más de 40 mil personas y dirigió un programa de torturas del que fueron víctimas otros 200 mil seres humanos.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, calificó de «hito para la justicia en África» el juicio contra el ex dictador de Chad. La vocera del Alto Comisionado en Ginebra, Cécile Pouilly, explicó que este podría ser el primero de muchos juicios pues el tribunal se creó para «juzgar a quienes hayan cometidos crímenes internacionales en Chad entre 1982 y 1990«, por lo que después de Habré, más criminales de guerra podrían ser juzgados.