Whatsapp es una aplicación que se ha convertido en toda una revolución en muy poco tiempo. Desde su salida, muchas son las personas que utilizan whatsapp y, aunque han salido otras muchas aplicaciones como line, whatsapp sigue siendo la más utilizada.
Pero… ¿sabemos cuáles son sus límites? ¿Qué no deberíamos hacer con esta aplicación? Hoy lo descubrirás.
1. Compartir tus contraseñas
Una incógnita que aún hoy día desconocemos es dónde se guardan los mensajes que nosotros enviamos a través de whatsapp. ¿La compañía conserva una copia? ¿Qué seguridad tienen?
Además, aunque eliminemos el historial de los mensajes enviados ellos quedan guardados en nuestro móvil. De esta manera, siempre podemos recuperarlos. ¡Mejor prevenir!
2. Cuidado con las imágenes comprometidas
Al igual que las contraseñas, no sabemos a dónde irá a parar la información que enviamos a través del whatsapp. Es por ello por lo que si no queremos que estas imágenes puedan ser utilizadas en nuestra contra ¡evitemos enviar las que puedan resultar bochornosas, de salir a la luz!
Hablamos tanto de imágenes comprometidas como de documentos importantes. Esos que una mente maliciosa puede convertir en un verdadero quebradero de cabeza para nosotros. ¡Piensa en lo que compartes! Eres responsable de todo lo que envías.
3. Sistema de comunicación corporativa
Whatsapp no ofrece ninguna seguridad de que los mensajes puedan ser vistos por elemisor y el receptor de una empresa. Es por ello por lo que utilizarlo como sustituto del correo electrónico o cualquier medio de comunicación corporativa puede ser muy peligroso.
Además, sustituir el correo electrónico por el whatsapp puede hacernos la vida mucho más complicada. El sistema de búsqueda no es el mismo, nos identificamos a través de un número de teléfono y es mucho más fácil que alguien acceda sin permiso a este contenido.
Con todo esto, whatsapp es un medio muy eficaz de comunicación siempre y cuando no se utilice para temas de gran importancia. Enviar fotos comprometidas o hablar de cuestiones de la empresa (compartiendo documentos importantes) puede provocar que acaben en malas manos. ¿Estás dispuesto a arriesgarte?