Turquía comenzó este viernes la primera ofensiva aérea contra el grupo armado Estado Islámico. Varios cazas bombardearon diferentes posiciones del grupo yihadista en Siria. Paralelamente, Ankara inició una operación policial a gran escala en todo el país después de una dura semana de ataques.
Según un comunicado del Gobierno, tres cazas partieron de la base militar de Diyarbakir a las 3:12 hora local para golpear las bases de Estado Islámico en los alrededores de Al Rai, lugar desde donde se produjo este jueves el ataque en el que cinco yihadistas en Kilis mataron a un suboficial e hirieron a dos sargentos.
En el comunicado enviado por el gobierno turco se explica que en ataque aéreo los aviones lanzaron “bombas guiadas” y alcanzaron tres objetivos: dos cuarteles y un punto de reunión del grupo, aunque por el momento se desconoce el número de bajas que ha ocasionado la ofensiva.
En los últimos días, en Turquía han sido detenidas alrededor de 300 personas por vinculación con grupos terroristas, simpatía con guerrilla kurda, o con células marxistas. Las detenciones son el resultado de una gran operación policial en la que se han realizado redadas de forma simultánea en 140 lugares diferentes de Estambul contra células de diversas organizaciones consideradas terroristas, entre las que se encuentra Estado Islámico, el PKK kurdo y el grupo extremista de izquierda DHKP-C.
En los últimos días el PKK kurdo y organizaciones ligadas al grupo han reivindicado la autoría de varios asesinatos de miembros de fuerzas de seguridad y civiles considerados simpatizantes de Estado Islámico.
La operación aérea iniciada este viernes fue aprobada tras una larga reunión del Consejo de Seguridad Nacional, en la que el Gobierno, las Fuerzas Armadas y los servicios secretos examinaron la tensa situación de la frontera sur, donde en los últimos días se han producido varios ataques y asesinatos cometidos, presuntamente, por Estado Islámico y el PKK.