A los innumerables casos de pedofilia denunciados en el último tiempo -y en distintos lugares del mundo- contra sacerdotes católicos, se suma ahora que la policía italiana habla de “una red organizada de amparo de la prostitución masculina” vinculada al Vaticano. Paralelamente, está en pleno proceso el caso de los supuestos hijos del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, quienes lo acusan de haberlos abusado sexualmente.
Un civil con un papel de relieve en el entorno del Papa Benedicto XVI y un miembro de un coro de la basílica de San Pedro están implicados en una red de prostitución gay. El escándalo afecta tanto al Vaticano como a un ex alto funcionario del gobierno italiano.
Ghinedu Ehiem, un nigeriano de 40 años, fue expulsado del exclusivo coro de la capilla Giulia, de San Pedro, luego de que su nombre apareciera en transcripciones de grabaciones policiales publicadas por el diario romano La Repubblica. Las grabaciones estaban relacionadas con una investigación sobre corrupción en obras públicas, pero condujeron inesperadamente hacia el Vaticano y la prostitución gay. En las conversaciones queda claro que existía un verdadero tráfico de jóvenes en los pasillos vaticanos.
Entre cuatro arrestados el mes pasado figura Angelo Balducci, un ingeniero que era miembro del directorio del Consejo de Obras Públicas, un organismo del Ministerio de la misma área, y consultor del Vaticano. Balducci fue arrestado bajo cargos de corrupción, en un escándalo vinculado con licitaciones de obras públicas. El caso se centraba en las obras a realizar para los llamados «grandes eventos», como la próxima cumbre del G-8 en Italia.
Las acusaciones sobre la red de prostitución emergieron después. Sucede que Balducci es miembro de una orden de la Iglesia, los “Gentilhombres de Su Santidad”, quienes son llamados para trabajar en el Vaticano en ocasiones importantes, como cuando el Papa recibe a jefes de Estado. Por ejemplo, llevaron el ataúd del Papa Juan Pablo II en su funeral en 2005. La orden depende de la Prefectura de la Casa Pontificia. En suma, Balducci era un “laico” de los que integran el círculo más elevado del Vaticano.
Los extractos de las grabaciones y documentos policiales publicados por La Repubblica demuestran que Ehiem, de 40 años, estuvo en contacto regular con Balducci, y que el tema de sus conversaciones era la provisión de sexo gay. La policía habla de “una red organizada de amparo de la prostitución masculina”. Una fuente del Vaticano dijo a la agencia Reuters que Balducci, quien sigue en la cárcel, ha sido expulsado de la orden de los “Gentilhombres de Su Santidad”, y que su nombre no aparecerá en la próxima edición del directorio vaticano.
“MERCADERÍA”
Las transcripciones publicadas muestran que entre los jóvenes que Ehiem le proveyó a Balducci había seminaristas. En una transcripción, Balducci pregunta a Ehiem: “¿A qué hora debe volver al seminario?”. La Repubblica señala que el “tráfico de jóvenes muchachos” llegaba al extremo de que el nigeriano clasificaba “la mercadería por altura, peso, color de la piel y medidas anatómicas”. De esta forma, la Iglesia Católica afronta un nuevo escándalo sexual, que viene a sumarse a los surgidos en Irlanda, Alemania y Estados Unidos por el repetido abuso por sacerdotes sobre niños.
HIJO DE MACIEL RETA A LEGIONARIOS AL POLÍGRAFO
José Raúl González Lara, presunto hijo de Marcial Maciel, reconoció haber pedido a los Legionarios de Cristo 26 millones de dólares a cambio de su silencio, pero les exigió no exhibirse como víctimas porque él y su hermano fueron los perjudicados por los supuestos abusos sexuales del fundador de la congregación.
González dijo hoy en MVS Radio que pidió a la orden le entregaran seis millones de dólares que su padre les habría prometido en caso de morir, además de 10 millones de dólares por el abuso sexual cometido contra él y una cantidad similar por las vejaciones a su hermano.
El joven retó a los miembros de la congregación a someterse a una prueba de polígrafo para determinar quién miente sobre los abusos sexuales, «y el que esté mintiendo que se vaya a la cárcel».
González respondió así a documentos divulgados ayer por los Legionarios de Cristo en los que si bien dicen que comparten el sufrimiento de la presunta familia de Maciel, también revelaron que el joven les exigió los 26 millones de dólares a cambio de no decir nada.
«Lamentamos mucho ese tipo de respuesta por parte de los Legionarios de Cristo. Lo único que dijimos o hicimos fue contar la historia de nuestras vidas que es la verdad, y aparte nosotros no escogimos ser víctimas de un depredador sexual», dijo el hombre que junto con su madre y dos hermanos dieron a conocer su presunto parentesco con Maciel el miércoles en MVS Radio.
Aseguró que en una decisión familiar se acordó pedir el dinero a la Legión «para terminar este capítulo, ya estábamos muy cansados, hartos de esta situación».
Consideró que al poner el acento en el dinero, los legionarios buscan «querer hacer a las víctimas victimarios».
«Ahora ellos son las víctimas», criticó.
La mexicana Blanca Estela Lara Gutiérrez y sus hijos José Raúl, Cristian y Omar dijeron el miércoles que eran la familia de Maciel y lo señalaron de someter a abusos sexuales a dos de ellos.
Lara aseguró que conoció a Maciel en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, cuando ella tenía 19 años y él 56, y de ahí comenzaron una vida de pareja durante la que procrearon dos hijos, José Raúl y Cristian. El fundador de los Legionarios también adoptó a un niño, Omar, que ella tuvo en una relación anterior, dijo.
Dijo que Maciel se hizo pasar ante ellos como un hombre viudo que decía trabajar para la compañía Shell y que a veces aseguraba que era detective privado e incluso agente de la CIA.
Maciel murió en 2008.
Fuentes: www.lacapital.com.ar / www.eluniversal.com.mx