“Me llamo Chedino, tengo 33 años y nací en los suburbios de Cape Town, Sudáfrica. Nací como hombre, pero he vivido los últimos 16 años de mi vida como quien realmente soy: una mujer. En mi país, la vida como mujer transexual tiene sus altos y bajos; uno puede dedicarse a construir su propia felicidad, pero así como no podemos librarnos del racismo, tampoco podemos hacerlo de la discriminación. Para mí, crecer fue diez veces peor que para cualquier niño normal, pues tenía que jugar los roles de dos personas diferentes en un mismo día.
Siempre he sabido que soy diferente, porque nunca he mostrado interés en aquello que la sociedad dice que le interesa a los hombres. Desafortunadamente, sólo pude ser yo misma después de graduarme, sabía que que necesitaba una educación por lo que elegí “Desarrollo de empresas y administración de pequeños negocios”. Incluso ahí tuve que jugar a ser un chico, y no fue sino hasta que terminé de estudiar que pude buscar profundamente dentro de mí y decidir dónde pertenecía realmente. Ahí empezó lo peor, pues la sociedad no me veía como mujer heterosexual a pesar de que me veía y actuaba como una. Yo estaba segura de que no era gay, pero si no tienes dinero para pagar la cirugía de cambio de sexo, hay que esperar en la lista. Llevo 15 años esperando y si todo sale bien, tendré la primera de tres operaciones en 2016. La lista ahora es mucho más larga pues hay que esperar entre 20 y 25 años en la lista”.
La fotógrafa alemana, Julia Gunther, como parte de su proyecto Proud Women of Africa, viajó a Sudáfrica para platicar con la comunidad transgénero del país, una minoría que debe luchar por el respeto a sus derechos mientras se opone a la dura resistencia de la cultura tradicional. En gran parte del continente africano, e incluso en aquellas áreas con influencia occidental, las relaciones del mismo sexo y cambios de género son vistas como disruptivas para la cultura y alusivas a una forma de pensar “poco africana”. En consecuencia, la homofobia es un asunto de todos los días, y la intolerancia siempre se traduce en violencia.
A pesar de los grandes retos, la comunidad transexual no cesa en sus esfuerzos por ser reconocidos como personas con plenos derechos, y por ende, tener un acceso garantizado a los servicios de salud que proporcionan operaciones de cambio de género.
“Para mí, la definición de la paciencia es poner tu vida en pausa y pelear sin descanso por lo que quieras, aunque parezca que no vas a ningún lado. Por eso es que los transgénero son para mí la gente más paciente del mundo”.
La familia ha sido clave en la vida de Chedino, puesto que casi toda su familia la ha apoyado desde el principio, incluso algunos que tuvieron sus dudas. Y para ello, los amigos son esa familia que uno elige, con la que siempre puede contar y quien puede contar siempre con Chedino, a pesar de la variedad de creencias, valores y puntos de vista.
“El 23 de mayo de 2015 tuve mi primer aniversario con mi novio, Keagan, a quien conocí por amigos que tenemos en común. Me enamoré a primera vista, y aunque aún no he cambiado mi sexo, eso no afecta mi relación porque él se enamoró de mí como persona y no de mi sexo. Ahora buscamos el mejor lugar para vivir juntos, esa es nuestra prioridad, y cuando encontremos ese lugar, comenzaremos a planear nuestra boda”.
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La comunidad transgénero de Sudáfrica cuenta con sus propias formas de entretenerse y definirse a sí misma. Concursos como Miss Temptation o Divas in Cabaret, hacen la diferencia con la comunidad. “Estas actividades nos permiten mostrarle a la gente que somos más que maquillaje y vestidos hermosos. Es una plataforma donde podemos ser nosotras mismas sin pretender ni fingir, una oportunidad para enseñarle a la audiencia el estilo, la postura y la gracia de nuestros elementos que no hablan”.
“A mí me encanta cantar, sobretodo canciones de Whitney Houston, Gladys Knight, Diana Ross, Jennifer Hudson, Gloria Gaynor y Donna Summers, porque todas son mujeres fuertes que regresaron del infierno, pero siempre tuvieron la frente en alto. Todas estas mujeres tenían un sueño e hicieron todo para volverlo realidad”.
Chedino se sincera ante la cámara y revela cuáles son sus sueños e ilusiones para un futuro que se antoja incierto, pero en el que su determinación marcará la diferencia.
“Mis sueños e ilusiones para el futuro son: vivir una vida sin discriminación, ser tratada como ser humano, ser exitosa e independiente. Casarme con Keagan y vivir mucho y de manera feliz. Ya soy feliz, pero siempre se puede un poco más”.
Todas las fotografías son propiedad de Julia Gunther