Estos últimos días ha resonado muchísimo el «Caso Quemados». Al parecer, se está haciendo algo de justicia, más que con los años pichiruches que le puedan dar a los responsables -en cárceles de lujo- sino porque podemos ver a personas como Verónica De Negri, por ejemplo, dando cátedras de lucha y valentía, y coraje, y sabiduría en canales como CNN y similares. Sus palabras, o las de Carmen Gloria Quintana, son el mayor triunfo que se puede conseguir a estas alturas del partido, en donde el Estado, a 42 años de la fatalidad de la dictadura, al fin puede reconocer que la cagó y pedir un miserable perdón, pero algo es algo.
Sin embargo, pareciera que a través de este caso se están purgando culpas de más. De a poco se está institucionalizando e instrumentalizando políticamente a las víctimas y comienza a parecerse a los «3 casos emblemáticos» de los que le habló Enrique Correa a la mismísima Carmen Gloria Quintana cuando fue a pedir justicia. {destacado-1}
Pensando en esto y en los miles de familiares de Detenidos Desaparecidos cuyos casos no están siendo mediatizados; en todas las madres que murieron sin encontrar a sus hijos y no tuvieron la posibilidad de expresarse en las candilejas de la TV; en los hijos y nietos que crecieron bajo la sombra acosadora de alguien que a penas conocieron y al que no han dejado de buscar, como si fuera a aparecer, me puse a pasear por twitter. Repasando las palabras de Villegas en Tolerancia Cero y meditando sobre la importancia de la libertad de expresión, de pronto apareció el nombre de Michel Nash.
¡Conozco ese nombre! pero ¿de dónde? y es que claro, luego de tantos casos que uno va revisando, de a poco se van difuminando en la masa urgente que sigue esperando justicia en alguna parte.
Obviamente, el acto reflejo es la búsqueda. Y en el proceso, encontré esta joyita. Se las dejo, como una forma de dar visibilidad y tribuna a un caso más. Uno cada día -espero- es la misión. Son muchos días. Pero vale la pena intentarlo.
En esta ocasión, reproduzco íntegro el artículo. No hay nada más que agregar. Sólo el agradecimiento a la periodista Anyelina Rojas V Por darse el trabajo de rescatar esta historia:
Un héroe anónimo llamado Michel Nash: pagó con su vida al negarse a empuñar las armas contra sus compatriotas
Su hermana Leila, que ha dedicado su vida a buscar justicia, recuerda que su hermano fue asesinado por negarse a empuñar las armas contra sus compatriotas. Esa heroica decisión le costó la vida al joven Nash y lo transformó en el primer héroe anónimo, que la historia de Chile, deberá reconocer.
Michel Nash era militante de las Juventudes Comunistas, por lo cual, cuando ocurre el golpe de estado y sus superiores le dicen que deberá empuñar las armas contra “los marxistas”, se niega y, dice que está dispuesto a defender su Patria, pero que no dispararía contra el pueblo que juró proteger. Acto seguido fue dado de baja del Ejército y despojado de su uniforme se soldado, el mismo 11 de septiembre y enviado al campo de Prisioneros de Pisagua. Su suerte estaba echada… Aquel sería un viaje sin retorno.
El joven soldado, fue parte de un falso intento de fuga ocurrido en Pisagua, el 29 de septiembre de 1973, tesis, que en el curso de la investigación que lleva el ministro de fuero Mario Carroza, fue descartada, ya que numerosos testimonios grafican que los seis detenidos, fueron escogidos en forma selectiva. Así también quedó establecido en el Informe Rettig, pues la Comisión señala que les asiste la convicción que Nash y los otros 5 ejecutados “fueron víctimas de grave violación de sus derechos humanos, cometidas por agentes del Estado”
Junto a Michel Nash, fueron asesinados:
Juan Calderón Villalón, 25 años, militante del Partido Socialista, es trasladado a Pisagua a bordo del Buque Maipo.
Marcelo Guzmán Fuentes, 34 años, socialista. Se presentó voluntariamente al Regimiento de Telecomunicaciones
Luis Alberto Lizardi Lizardi, 29 años y militante del Partido Socialista, detenido el mismo 11 de septiembre.
Nolberto Cañas Cañas, 48 años, militante del Partido Socialista y ejercía a la fecha de su detención, como Interventor del Complejo Pesquero Norte.
Juan Jiménez Vidal: 42 años, funcionario de Aduanas en Valparaíso y sin militancia conocida. Se presentó voluntariamente el 13 de septiembre de 1973.
(Sólo los restos de los tres primeros, aparecieron en la fosa clandestina de Pisagua).
Los seis detenidos fueron escogidos como “voluntarios” para realizar trabajos fuera de la cárcel. La autoridad militar efectivamente pidió voluntarios y aunque algunos presos se ofrecieron, los 6 fueron escogidos en forma selectiva. Este hecho es recordado por el ex prisionero político, Angel Prieto, que junto a tres de 11 hermanos, estuvo detenido en Pisagua. “Cuando pidieron voluntarios yo levanté la mano, pero no me consideraron. Los que fueron llevados, fueron seleccionados, en forma intencionada, entonces queda claro que los iban a matar”, recuerda emocionado.
La versión oficial de intento de fuga dice que los detenidos huyeron y que fueron conminados a detenerse y que como no obedecieron, debieron dispararles. La versión fue descartada por la Comisión Rettig y en función de esa misma línea, el juez Mario Carroza sometió a proceso a 6 militares.
LA FAMILIA
Respecto a la valiente decisión de su hermano, aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, Leila señala que “para nosotros como familia es una alegría triste porque te enorgullece saber que fue incapaz de asesinar a otras personas, por una orden que no era justa ni correcta, era una orden criminal”.
Y tristeza, dice, “porque con ello se fue su vida, Y lo que tenemos es una familia desarmada por ese hecho. Entonces están las dos emociones juntas, el orgullo por la consecuencia de vida de Michel, y una tristeza por el costo que hubo que pagar por ello”.
La familia Nash Sáez, con un padre ya fallecido y una madre enferma, sigue albergando la esperanza que la justicia llegue a buen término y que las condenas que se dictaminen, sean proporcionales a los crímenes cometidos.
-Sin embargo, los jefes, los altos mayores que estuvieron en Pisagua, ya están fallecidos…
-Ese es el costo que hay que pagar porque la justicia se demora tanto en llegar. Entonces los autores de los crímenes se van muriendo; las familias de las víctimas también se van muriendo… Igual hay pequeñas alegrías cuando vemos que la justicia avanza. Mi papá murió el 2002 y no alcanzó jamás a escuchar que hubo acusaciones contra algunos de estos criminales. Y murió Forestier, el asesino (Comandante en jefe de la Sexta División de Ejército); murió Larraín (jefe del Campo de Prisioneros de Pisagua) que también tuvo responsabilidad. Por lo menos Benavides, que según los testimonios de prisioneros fue quien señaló a mi hermano en la lista para los “trabajos voluntarios”, todavía está vivo por lo que esperamos que pague por el crimen.
-¿Cómo ha vivido estos 40 años?
-No ha sido fácil vivir estos 40 años para que recién se empiece a vislumbrar justicia. He conocido a gente muy valiosa durante este proceso de búsqueda de justicia y he visto cómo mi hermano ha trascendido en jóvenes que han tomado su nombre y su consecuencia como ejemplo para trabajar por una sociedad y un país mejor.
LA QUERELLA
En 1998 la familia de Michel Nash interpuso una querrella por Homicidio Calificado en la Corte de Apelaciones de Santiago, en contra de Augusto Pinochet y otros altos oficiales, bajo el patrocinio del abogado Adil Brkovic. Es la misma causa que hoy lleva como ministro de fuero, Mario Carroza y que se caratula como “Nash y otros”.
El sitio web Memoria y Justicia publicó un extracto de la querella criminal interpuesta por los padres de Michel Selim Nash
“Según testimonios de personas que se encontraban presas, el día 29 de septiembre de 1973, temprano en la mañana poco antes de las 9:00, el comandante del “campo de prisioneros de guerra” teniente coronel Ramón Larraín, ordenó a los cerca de 600 prisioneros salir de sus celdas y formar afuera de ellas.
“Junto a él estaban el capitán Sergio Benavides y los tenientes Contador, Figueroa y Ampuero, según relatos coincidentes de ex prisioneros de Pisagua. Pasaron lista y Larraín pidió seis voluntarios para realizar tareas de pintura. Después dijo que necesitaban otros seis voluntarios para instalar unos pilotes. Esta vez los seis no fueron voluntarios, sino elegidos por cada oficial, a pesar de que en los casos de Cañas y Guzmán estos manifestaron su deseo de no salir y otros se ofrecieron para sustituirlos.”
“Contador eligió a Cañas que estaba recién operado pocos días antes de ser detenido y caminaba con dificultad. Ampuero eligió a Guzmán a quien lo fue a buscar al interior de la celda porque no había salido a formar. Benavides sacó al conscripto Michel Nash. El propio Larraín sacó a Lizardi. Figueroa eligió a los dos ex infantes de Marina Juan Calderón y Juan Jiménez. Llegaron estos dos últimos, funcionarios del Departamento de Investigaciones Aduaneras, el 18 de septiembre desde Valparaíso en el mercante “Maipo” como prisioneros de la Armada, junto a otros 300 presos políticos de esa institución.”
Según testimonio recogido en la investigación llevada a efecto por el Ministro en Visita Sr. Sánchez Marré, con ocasión del descubrimiento el 2 de junio de 1990 de una fosa en la localidad de Pisagua, se logró establecer que los prisioneros nunca intentaron huir, sino que fueron obligados a correr mientras un grupo de militares les disparaban por la espalda, incluso con un ametralladora punto 30 emplazada en un Jeep.
*Con información de Edición Cero