Cada lunes, un grupo de jóvenes con crestas y chaquetas de cuero se junta bajo el puente en la calle Sule Pagoda, Yangon, para distribuir comida a quienes viven en las calles. ¡Dios salve a estos reyes!
Parece mentira, pero no todos los punks están enojados. Algunos, de hecho, hacen el bien. Porque uno puede ir contra el sistema y ser solidario, ayudar. Así lo demuestran estos bondadosos rockers, que dan comida, bebida y un buen rato a quienes viven en las calles de la principal ciudad de la República de Myanmar (también conocida como Birmania).
Cuando los monzones pegan fuerte y las lluvias complican las cosas, los punks no fallan. Son unos treinta y se encargan de llevar arroz frito, bananas y agua embotellada. Ellos mismos cocinan los platos y se financian a través de donaciones. Cada semana varían los platos, y los sin techo los esperan ansiosos: no solo traen comida, sino sonrisas y un buen momento. Muchas veces, también traen ropa.
La agrupación que los nuclea se llama Food Not Bombs (“Alimento, no bombas”) y en Myanmar la dirigen los miembros de la banda punk local llamada Rebel Riot. La organización mundial impulsa llevar alimentos sanos a personas necesitadas; nació en 1980 en Estados Unidos y celebra la cooperación y la no violencia. “Me di cuenta de que tenía que hacer algo más allá de cantar contra el sistema”, explica Kyaw Kyaw, cantante y guitarrista de la banda. “Las multinacionales vienen a Myanmar a hacer negocios, y eso encarece mucho Yangon”.
Los precios de la propiedad crecieron, dejando a muchos en la calle, pero también creció la ayuda entre ciudadanos. Los punks ayudan a unas cien personas cada noche, muchos de ellos nucleados bajo el puente en Sula Pagoda Road. “De entrada nos miraban mal por el color de nuestro pelo, pero ahora saben que somos buena gente”, cuenta Kyaw, que recuerda que el punk llegó a Myanmar a través de los marineros, que lo trajeron hacia los años noventa. Con el sonido de Black Flag, los Dead Kennedys o Crass, las bandas locales no tardaron en aparecer.
Hoy en día, Rebel Riot o Side Effect tienen algunos problemas con el gobierno o la policía, pero siguen cantando contra los problemas cotidianos. “A la mierda con las reglas religiosas”, gritan, pero también hacen algo, ayudan. “Eventualmente quiero hacer algo por todas las personas que viven en la calle, averiguar qué desean y ayudarlos a conseguirlo”, sueña Kyaw, el punk solidario.
Fuente: Vice/I-D/