A raíz del asesinato del león Cecil, el país africano abrió una causa contra los dos hombres responsables de caza sin permiso.
Zimbabue presentó ayer, cargos contra hombres que cazaron animales. A raíz de la ola internacional de indignación por la muerte del león Cecil, un tribunal en Hwange, a unos 500 kilómetros de Harare (la capital) acusó de “no supervisar, controlar y dar pasos razonables para prevenir una caza ilegal” al tirador profesional Theo Bronkhorst.
Este cazador organizó del safari en el que el dentista estadounidense Walter Palmer mató a comienzos de julio al popular león. El segundo implicado es Honest Ndlovu, dueño de las tierras donde fue abatido el animal. Ambos deberán comparecer de nuevo ante el tribunal el 5 de agosto, fecha para la que se ha fijado el comienzo del juicio. A partir de esa instancia se podrá implicar al principal implicado en la muerte de Cecil, el estadounidense Walter Palmer, que además tiene antecedentes de caza ilegal.
El dentista estadounidense, de 55 años, está siendo objeto de una campaña masiva de críticas que le han llevado a cerrar su clínica. Más de 265.000 personas han firmado una petición en Internet que pide justicia para Cecil y reclama al Gobierno de Zimbabue que detenga la emisión de permisos de caza para los animales que están en peligro de extinción.
Las investigaciones de la Oficina de Parques y Vida Salvaje de Zimbabue y la Asociación de Operadores de Safari han aportado pruebas para que Palmer sea acusado por practicar la caza furtiva, según dijo la portavoz de la policía de Zimbabue, Charity Charamba. La asociación de defensa de derechos de los animales PETA ha pedido a través de un comunicado que el dentista estadounidense sea extraditado, juzgado y condenado por la muerte de Cecil. Y la congresista demócrata por Minnesota (donde vive Palmer), Betty McCollum, forma parte del grupo parlamentario para protección animal de la Cámara de Representantes en Washington.
“Como alguien comprometido con poner fin a la caza furtiva de especies africanas icónicas, creo que la Fiscalía General y el Servicio estadounidense de Pesca y Vida Salvaje debería investigar si se violaron leyes estadounidenses en materia de conspiración, soborno de funcionarios extranjeros y la caza ilegal de una especie protegida”, adelantó en un comunicado.
Todo sea porque se acabe la caza furtiva, y que quien la practique sea condenado, al igual que pasa con quien mata a un humano.