El arroz es considerado como un alimento básico para más de la mitad de la población del mundo, pero también es una de las fuentes de metano atmosférico (un gas con un potente efecto invernadero) más grandes producidas por el hombre. Ahora, gracias a un nuevo avance científico, con la adición de un único gen, el arroz puede ser cultivado sin que emita virtualmente nada de metano desde los arrozales durante su crecimiento. También permite una excelente acumulación de recursos nutritivos en la planta, como por ejemplo el almidón, consiguiéndose así que este nuevo arroz sea una fuente más rica de nutrientes.
Los arrozales aportan hasta el 17 por ciento del conjunto de las emisiones de metano globales, el equivalente a 100 millones de toneladas cada año. Si bien esto representa un porcentaje mucho más pequeño que el del dióxido de carbono emitido a la atmósfera, el metano es unas 20 veces más efectivo a la hora de atrapar calor.
La nueva variedad de arroz, a la que se le ha dado el nombre de SUSIBA2, es la primera con alto contenido de almidón y baja producción de metano que podría ofrecer una solución clara y sostenible.
Los investigadores crearon el arroz SUSIBA2 introduciendo un único gen de la cebada en el arroz común, resultando en una planta que puede alimentar mejor sus granos, tallos y hojas, reprimiendo al mismo tiempo a los microbios que producen metano en el suelo.