Los materiales de la NSA confirman que el programa se creó en 1966, justo un año después de que los primeros satélites de comunicación se lanzaran a la órbita terrestre. La red recibió el nombre en clave de ‘Frosting’ y consistió en dos subprogramas: Transient, que estaba enfocado en las comunicaciones por satélite de la Unión Soviética, y Echelon, que se concentraba en las señales de satélites occidentales. Con el tiempo, toda la vigilancia por satélite se fusionó en Fornsat, programa global expuesto por las revelaciones de Snowden.
Campbell relató en un artículo en el portal ‘The Intercept’ cómo se enteró por primera vez de la existencia de Echelon durante un viaje a EE.UU. en 1987, cuando la administradora de sistemas informáticos Margaret Newsham, excontratista de la NSA, le informó sobre un sistema de vigilancia colosal operado por la NSA y el servicio de inteligencia británico GCHQ.
Los documentos que Newsham compartió con Campbell mostraron que Echelon, también conocido como ‘Proyecto P415’, interceptaba comunicaciones satelitales y detectaba llamadas telefónicas, señales de ordenador y telegrafía. Campbell posteriormente se conectó con sus fuentes en los círculos de la inteligencia del Reino Unido y obtuvo la confirmación de que el programa existe.
«Desde el principio, mis investigaciones revelaron un alcance inimaginable de la vigilancia gubernamental, connivencia y encubrimiento por los gobiernos británico y estadounidense», dice Campbell. El sistema todavía funciona y mantiene bajo su control el 90% de las comunicaciones a nivel mundial. Dispone de al menos 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios.