10 mitos que debes saber si amas a alguien con ansiedad

La ansiedad es algo que muchos sentimos; algo tan simple como sentir una presencia incómoda mientras caminamos por la calle puede hacer que las manos suden y nuestros sentidos se agudicen. Esta angustia puede hacernos cruzar la calle, sentir desolados y desesperanzados que puede llegar inadvertidamente; es un miedo a lo que se avecina y que resulta abrumador.

Definitivamente no es algo ajeno a las personas, pero hay quienes lamentablemente padecen ansiedad a un nivel que puede afectar su vida cotidiana.

Tristemente cuando las personas aceptan o son calificadas como personas con ansiedad, la gente suele comenzar a tomar precauciones y a actuar de forma que no siempre son las mejores, por más políticamente correctas o lógicas que sean. Es por eso que el portal life hack derrumbó 10 mitos o concepciones erróneas sobre la gente que padece de ansiedad.

“Hablarlo” no siempre ayuda

Cuando alguien tiene ansiedad a veces lo que uno menos quiere es hablarlo. Preguntar qué es lo que sucede, o qué tiene esa persona puede elevar el nivel de miedo o estrés de quien padece ansiedad. A veces es mejor preguntar cómo o en qué puedes ayudar.

Son personas racionales que algunas veces actúan ilógicamente (y lo saben)

Muchas veces las personas con ansiedad saben que sus problemas no son del tamaño del que se imaginan y saben que el factor contra el que pelean puede ser mental, pero eso no significa que puedan controlarlo. Si por cualquiera fuera, los miedos nunca sobrepasarían nuestras ganas de seguir adelante, pero algunas veces, aunque lo sabemos, es imposible combatir ese asunto. La gente con ansiedad tiene que luchar contra traumas y no puede evitar ver los problemas el doble o triple de grande de lo que en realidad son.

Las medicinas no son una cura milagrosa

Algunas medicinas sirven para tratar síntomas contra la ansiedad, pero no son la cura; si lo fueran no existiría gente con ansiedad. A parte de que medicamentos como los antidepresivos suelen transformar por completo a la persona, otros medicamentos no son lo suficientemente potentes para proveer la ayuda necesaria.

La ansiedad no puede ser controlada

A pesar de que uno puede hacer cosas para luchar contra la ansiedad como comer saludablemente, meditar, hacer ejercicio y prácticamente todo lo que nos hace llevar una vida sana y feliz, eso no significa que sea una cura contra la ansiedad. Si bien no es considerada como una enfermedad sino como un estado mental, nadie puede saber en qué momento de vulnerabilidad la ansiedad atacará.

La causa de la ansiedad no es siempre la obvia

 Como se mencionó anteriormente, todos llegamos a sufrir ansiedad. Puede ser por una presentación importante o por conocer a alguien nuevo, pero al estar en constante relación con esta condición es imposible saber qué es lo que origina los ataques de ansiedad, y aún peor, estas personas pasan mucho tiempo analizando qué es lo que las hace sentirse así sin poder encontrar la razón.

Se puede originar de la nada

Esta es una de las situaciones por las que muchas personas sufren. Cuando la ansiedad ataca, lo hace en cualquier momento y eso puede crear situaciones que no sólo afecten a quien la padece, sino a las personas cercanas a el o ella. Una visita a un parque de diversiones, unas vacaciones en la playa o una cena romántica pueden transformarse de un momento a otro porque la ansiedad no espera a que sea el momento adecuado, simplemente puede suceder.

La ansiedad afecta física y emocionalmente

Cuando uno no duerme bien por estudiar de más, por terminar trabajos o salir constantemente, el cuerpo comienza a reflejar ojeras, dolores de cabeza y más cosas para advertir que debemos relajarnos. Una persona con ansiedad no sufre sólo mentalmente, la intensa agonía que sufren mentalmente puede causar fatiga extrema, problemas digestivos, vómito y muchos dolores de cabeza. La gente no debe suponer que lo mental se puede separar de lo físico.

Aunque uno no lo pueda ver, la ansiedad sigue ahí

Quizá si vemos que una persona con ansiedad está con muchas personas actuando como si no pasara nada, podemos pensar que todo ha terminado y esa persona ahora es feliz, relajada y con una mente tranquila. Pero lo que muchas veces sucede es que estas personas llevan padeciendo esto tanto tiempo que si no se sienten cómodas prefieren actuar en contra de sus sentimientos y poner una cara feliz con tal de encajar o de que nadie comience el interrogatorio que tan bien conocen.

La gente ansiosa puede juzgarse y criticarse, pero esperan que los demás no lo hagan

Estas personas viven una especie de circulo vicioso en el que al sentir ansiedad y nervios se sienten autocompasivos, lo cual los deprime más y los hace incluso más ansiosos. Pero la gente que sufre esto espera que las otras personas sepan que están haciendo todo lo que está en su poder por cambiar y mejorar, por lo que esperan no ser criticados sino comprendidos.

Si uno pudiera escoger ser menos ansioso, definitivamente lo sería

No saben realmente de dónde surgió el problema y quizá nunca lo sepan, pero si estuviera en sus manos lo cambiarían. Las personas con ansiedad no son así porque lo quieren, desean poder encontrarse en un estado de ánimo que les permita relajarse y disfrutar cada momento, luchan por hacerlo y lo llegan a lograr. Mientras más gente se informe sobre lo que puede sufrir una persona con ansiedad y la forma en la que les interesa ser ayudadas, poco a poco el estigma se perderá y eso es un gran paso para poder ayudarlos.

Vía: http://culturacolectiva.com/