Fue el último campeón del pasado torneo de clausura. Y como monarca vigente, con entrenador nuevo –ya no está Dalcio Giovagnoli y en su lugar asumió Arturo Norambuena-, Cobresal aspira a renovar credenciales en un torneo donde nuevamente no aparece dentro de los favoritos para levantar la copa.
Sin embargo, esta vez el problema del cuadro minero dista para pelear con “los grandes” mucho de lo deportivo, donde apenas ha jugado uno de los dos encuentros programados en su actual fixture, el que ganó a San Marcos de Arica como visitante y válido por la segunda fecha del torneo de apertura 2015-16. Cobresal no puede ser local y por tanto, pierde terreno en un torneo corto donde acumular partidos pendientes puede resultar fatal a la hora de obtener el mejor rendimiento.
Hay un conflicto social que atenta directamente contra el normal desarrollo del torneo para los de El Salvador. Con la prolongación de las protestas de contratistas quienes exigen mejoras laborales a Codelco y ante la imposibilidad de encontrar una rápida solución entre las partes, el cuadro nortino no tiene dónde jugar. Y el tema se hace más complejo porque a la suspensión de su primer encuentro como dueño de casa programada para la primera fecha del campeonato –duelo ante San Luis que pudo significarle ser nuevamente líder en la tabla de posiciones y que aún no tiene una fecha clara desde la ANFP- se suma el jugar un duelo de alta convocatoria como el que corresponde al del próximo domingo, ante Colo Colo.
Si bien la alternativa más próxima era Copiapó, los aluviones en marzo dejaron el estadio Luis Valenzuela Hermosilla totalmente inutilizado y Cobresal debe buscar estadio. A mitad de semana ya solicitaron el estadio municipal de Calama, a la espera de que el conflicto minero pueda tener una salida que permita que el campamento de El Salvador vuelva a su normalidad, tanto en el flujo de vuelos, hotelería y planes de seguridad.
El gerente del club, Juan Silva ratificó que “debemos buscar dónde jugar porque no podemos dar ventajas en un torneo tan corto”. La preocupación persiste y no se vislumbra un atisbo de solución. Si los equipos de provincia deben remar contra la corriente de los recursos mal repartidos y los bajos presupuestos –Cobresal podría desaparecer si es que Codelco define El Salvador como hace años evalúa-, ahora hay que sumarle el factor de la ventaja deportiva.
Otra demostración de que incluso en el fútbol profesional, “Santiago es Chile”.