Cuando en 2006 el doctor Raúl Sánchez y las científicas del Centro de Excelencia en Biotecnología de la Reproducción, CEBIOR, de la Universidad de La Frontera, Jennie Risopatrón y Mabel Schulz, comenzaron una investigación que buscaba mejorar los niveles de fertilidad en parejas, a través de una técnica llamada vitrificación, jamás pensaron que esa idea fuera a expandirse a otras especies.
“Esta es una técnica que conserva hasta el 80 por ciento de la función espermática, por lo tanto, si un hombre presenta un bajo recuento espermático, lo que hacemos es juntar espermatozoides -unos tres millones- y después congelarlos para hacer una inseminación intrauterina”, explica el Dr. Sánchez. “Con este método hemos logrado que nazcan seis niños y el primero nacido vivo en el mundo a través de este tratamiento, cuyos padres son de Victoria, nació en La Araucanía”, agrega.
Lo importante de esta técnica es que la convierte en una alternativa de bajo costo y al alcance de un mayor número de pacientes, especialmente para aquellos hombres que presentan esta enfermedad y que la hace referente en la mejora de calidad de vida de las parejas que buscan tener hijos.
GATITOS PIONEROS
Los resultados de este pionero método fueron publicados a nivel internacional y hasta 2015 no había nacido ningún mamífero no humano por esta vía. Pero el zoológico de Cincinnati, Ohio, Estados Unidos reportó en mayo el nacimiento de dos gatitos gracias a la técnica de vitrificación que los investigadores UFRO describieron.
“Nos llena de orgullo que nuestro trabajo sea reconocido y aplicado en otra áreas, porque de ahora en adelante la preservación de especies silvestres u otros animalitos en vías de extinción estará disponible”, dijo Jennie Risopatrón.
“Casi sin buscarlo, nos hemos convertido en un aporte sin precedentes para tratamientos de infertilidad en humanos y preservación de especies, y lo más importante es que es ciencia desarrollada en la U. de La Frontera -con la colaboración de científicos internacionales como los doctores Vladimir y Eugenia Isachenko de la U. de Colonia en Alemania- con un sello regional para Chile y el mundo”, valoró.
PROYECCIONES
Para Mabel Schulz y Jennie Rispatrón, estos resultados representan una proyección importante en materia de reproducción, ya que numerosos trabajos científicos han avalado la técnica y hay reportes de que puede ser aplicada en caninos, felinos, salmones y equinos.
“Al ser una técnica sencilla, de bajo costo, rápida y que no requiere un entrenamiento específico para su puesta en marcha, se convierte en algo fácil de replicar y con altas probabilidades de éxito”, destacó Schulz. Un ejemplo de ello es que actualmente otra investigadora UFRO tiene en marcha un proyecto Fondecyt que busca preservar especies, sobre todo felinas, como el caso del puma chileno.
Los investigadores aspiran a que se transforme en un método que otros laboratorios en Chile quieran y puedan replicar. Muchos centros siguen congelando espermatozoides y la calidad de los mismos se ve afectada, mientras que la criopreservación o congelación ultrarápida ha demostrado ser ciento por ciento más eficaz.
Vitrificación
En 2006 se reintrodujeron técnicas de congelación ultrarápida en el ámbito de la gametología, lo que permitió por primera vez el proceso de vitrificación para congelar ovocitos. Este tipo de congelación vino a revolucionar todo lo conocido hasta entonces, porque mediante el sistema de congelación lenta, la falla era de un 80%.
Cuando se produjo este cambio, se inició el trabajo colaborativo de los doctores Isachenko, que postularon que se pueden conservar espermatozoides con congelación ultrarápida, además de eliminar el plasma seminal, espacio donde se encuentran agentes infecciosos como virus, bacterias e incluso las ETS. Al aislar el espermatozoide y posteriormente ubicarlo dentro de una pajuela, aseguramos que ningún tipo de “contaminación” lo iba a afectar, y al ser un método aséptico posible de usar en reproducción asistida en humanos, es que los científicos UFRO lograron patentar en Estados Unidos esta nueva técnica.