El Banco de Chile y su lamentable publicidad sobre la cura del cáncer

Banco de Chile lanzó recientemente a través de distintos medios de comunicación, una campaña para publicitar un Seguro Oncológico Familiar. Una alianza con Clínica IRAM y que entre sus principales beneficios destaca el de cubrir todo tipo de cáncer y para toda la vida.

Con justa razón alguien podría plantear que nada tiene de malo que una persona quiera contratar un servicio que le permita asegurarse él y a su familia frente a una eventual aparición de esta enfermedad, considerando que –como se detalla en la publicidad del banco- “1 de cada 3 personas desarrollará algún tipo de cáncer a lo largo de su vida”. Igualmente válido resulta que esa persona quiera que ese posible tratamiento se haga en un lugar como Clínica IRAM –cuyo eslogan es “expertos en oncología”-, teniendo en cuenta “el alto costo” que esto implicaría de no contar con el seguro, como indica también el detalle de la oferta.

Pero el problema no es el fondo del ofrecimiento, sino la forma de hacerlo usando la pregunta  ¿SABÍAS QUE EL CANCER SE PUEDE CURAR CON UN BUEN TRATAMIENTO?

Probablemente en Chile todos tengamos algún integrante de nuestra familia, amigo, vecino, cercano o conocido fallecido por algún cáncer y –si es que así no fuera- sabemos que es una de las principales causas de muerte en nuestro país. De ahí que plantear que con “un buen tratamiento” puedes curar el cáncer es un golpe bajísimo a los enormes esfuerzos familiares, desgastes emocionales y dolor sufrido por quienes han acompañado el proceso de alguien que ha enfrentado la enfermedad sin poder salir vivo de ella. En otras palabras, usando la posibilidad de una efectiva cura del cáncer, la publicidad puede tener el efecto de poner en cuestión las decisiones tomadas, el lugar en donde fue tratado el paciente, las manos en las que lo pusieron sus seres queridos; finalmente, lo obrado por quienes intentaron sin éxito salvarle la vida.

Una publicidad carente de criterio que, por lo demás, solo en la letra chica expuesta en la web del banco, detalla que solo “un 66% de los casos se cura si se atiende en forma oportuna y por expertos en oncología”, según datos de la Sociedad Americana del Cáncer.

Es cierto, es un banco, no una institución de caridad, pero no por ello se debe guardar silencio frente a situaciones como éstas que -con el objeto de generar más dinero del que ya aglutinan- pueden afectar la sensibilidad de algunas personas y sumarles otro dolor al ya experimentado.