«¿Una banda paqui? Nunca escuché algo parecido» (entrevista a un skinhead londinense en New Society, junio de 1980).
No los busques en las grandes obras sobre la historia del punk británico (Jon Savage, John Robb, Simon Reynolds…). Tampoco, salvo rarísimas excepciones, en comentarios o entrevistas con las grandes bandas del momento. El gran John Peel y la organización Rock Against Racism fueron casi los únicos que los apoyaron. La epopeya de los punks asiáticos forma parte de una historia oculta y, en gran medida, olvidada, que contó con la hostilidad de los mismos británicos y la invisibilidad por parte de la mayoría de las publicaciones y sellos de la época.
Surgidos en los márgenes del movimiento punk, los asiáticos no gozaban de la fascinación que los punks sentían por los negros. Las alusiones a sus vidas y anhelos, a sus sueños, son casi inexistentes en las letras de las bandas más comprometidas. Tampoco The Clash les prestó atención alguna. Para aquel mundo, la inmigración asiática se paseaba como un fantasma, pero los paquistaníes eran unas de las principales víctimas del racismo y el odio. Casi nadie cantó la dureza y la tragedia del paquistaní, de aquella castigada segunda generación que pretendía abrirse paso como fuese en el Londres de finales de los setenta, con las huestes del Frente Nacional exigiendo mano dura contra los inmigrantes, Margaret Thatcher alertando del «peligro» de la inmigración, las palizas casi diarias y las numerosas bandas de skins fascistas aterrorizando los barrios.
Alien Kulture, surgidos en 1979, en Wimbledon, al este de Londres, fueron un fenómeno inaudito. Pero también inevitable. Todo el país vivía en estado de alerta. Desde 1976, se había creado la organizaciónRock Against Racism para responder al avance de la ultraderecha. Con el desembarco del punk, los conciertos patrocinados por la organización marcaron el inicio de la gran oleada en Inglaterra en shows multitudinarios cuyas imágenes han pasado a la posteridad como momentos de unidad y celebración. Ellos quisieron ser parte de aquella locura. Una cultura de la que no formaban parte, una cultura alienígena. Todo había comenzado con los Sex Pistols: «Recuerdo la primera vez que vi a los Sex Pistols en el programa So it goes -recuerda emocionado Pervez Bilgrami, uno de sus miembros- Sonaba «Anarchy in the UK». Estaba medio dormido, pero al oírla fue como un despertar. No había lugar para alguien como yo en esta sociedad y esa música era algo que yo podía tocar, algo de lo que podría ser parte». Tiempo después, en medio de protestas sociales, graves tumultos y la constatación de que ser paquistaní, en la Inglaterra de los setenta, exigía una actitud más beligerante, Bilgrami y tres amigos suyos formaron Alien Kulture, la primera banda de punk asiático en Inglaterra. Bilgrami cantaría, Ausaf Abbas tocaría el bajo, Huw Jones la guitarra y Rana tocaría la batería. Su primer concierto fue en enero de 1980, compartiendo escenario con las grandísimas Delta 5. Lo habían logrado.
Alien Kulture, surgidos en 1979, en Wimbledon, al este de Londres, contaron con el apoyo del presentador de la BBC John Peel.
Sin embargo, la realidad era terrible. Había agresiones diarias contra los asiáticos y las organizaciones políticas parecían haberlos olvidado. Sin casi formación musical, sus primeras canciones respondían a la necesidad de expresar que era ser paquistaní en aquel momento y en un lugar como Inglaterra: «Llegamos llenos de esperanza y ambiciones / No pensábamos que podría convertirse en una pesadilla / Las leyes de inmigración son la forma que tienes para hacernos sentir que no somos bienvenidos» («Airport arrest»). O como todo lo de resistencia cultural y rebelión tenían las dos canciones que grabaron para su único single «Culture Crossover» y «Asian Youth», editado por el propio sello de Rock Against Racism, para quienes tocaron en decenas de ocasiones en lugares de todo tipo, en marchas y concentraciones, subidos en lo alto de camiones o en tugurios donde siempre existía el peligro de un ataque de los skins del Frente Nacional. Porque ser paquistaní y, además, punk, podía resultar peligroso. A veces salían al escenario vestidos con los trajes tradicionales y no con la imagen dura que se suponía debían lucir los punks. Hablaban un idioma extraño para los tan abiertos punks, pero también para los mismos asiáticos, que no entendían su actitud y sus letras, la rabia y la necesidad de darle la vuelta a todo. Alien Kulture eran apoyados por los anarquistas de su zona, organizados alrededor de las siglas S.L.A.G. (South London Anarchists Group). Fueron ellos quienes los ayudaron en enero de 1981, cuando en medio de uno de sus conciertos fueron atacados por grupos fascistas.
«Siempre existía el peligro de un ataque de los skins del Frente Nacional. Porque ser paquistaní y, además, punk, podía resultar peligroso.»
New Musical Express, Melody Maker o Sounds, las revistas musicales más importantes durante aquellos años, los ignoraron por completo. El momento de mayor celebridad llegó cuando tuvieron el apoyo del célebre presentador de la BBC John Peel. Tras ello, todo parecía que iba a cambiar, sobre todo cuando poco después recibieron la mayor de las invitaciones: The Specials, la banda más importante del momento, quería que fuesen sus teloneros en el Coventry Stadium, en un concierto organizado en protesta por la violencia policial contra los inmigrantes. Pero el sueño se desvaneció. Ausaf y Azhar se negaron a tocar. Ambos, para desesperación del resto de la banda, eligieron cumplir con sus obligaciones como estudiantes de clase media en la prestigiosa London School of Economics, cuyos exámenes finales eran el mismo día del show. Alien Kulture, finalmente, rechazaron la invitación. Finalizaba la aventura. Sin duda, hubiera sido inolvidable haber tocado ante una multitud y, justo antes de comenzar, decir aquello que casi siempre lanzaban al público: «¿Cuándo fue la última vez que viste a un paquistaní punk, un mod musulmán y a un rockero bengali? ¡Pues aquí estamos!».
Su último show fue el 26 de noviembre de 1981 en medio de un duro y frío invierno. Desde entonces, alejados de la escena punk, los aliens del punk comenzaron una nueva etapa que, en el fondo, era la misma: sobrevivir en el interior del sueño inglés.
Fuente: Vice