Biomasa
Los biocombustibles o biomasa liberan energía química al quemarse y producen calor o sub combustibles del tipo alcohólico, como el etanol. Si bien es renovable, NO es limpia pues su quema produce CO2. Estas consecuencias se tratan de paliar plantando árboles de rápido crecimiento y otros arbustos que “limpien” en ambiente y luego sirvan de materia prima para la biomasa. Existe una controvertida alternativa: la TCP (Conversión Térmica) que podría transformar todo tipo de materias de origen orgánico en un tipo de petróleo especial cuyo subproducto fuera el agua.
Carbón
Le debemos a este combustible fósil la revolución industrial y quedan depósitos diseminados por todo el mundo, que dan para continuar quemándolo durante unos 300 años más (este cálculo se basa en dos factores: la cantidad “conocida” de este material y el ritmo de consumo actual).
La abundancia del carbón lo hace relativamente barato, pero las consecuencias de su quema son muy predecibles y conocidas: el nitrógeno y azufre liberados contaminan el agua y se transforman en lluvia ácida, produce ingentes cantidades de CO2 (que agrava el “calentamiento global”) y sus residuos y sub productos polucionan el aire.
Células de combustible
El Hidrógeno sería la fuente de estas Pilas de combustible que únicamente tendrían como residuo el vapor de agua. El problema radica en que este elemento está asociado a otros átomos (como en el caso del agua) y para conseguirlo en estado puro es necesario recurrir a otros combustibles a menudo de origen fósil. A ello se suma el inconveniente de que para almacenarlo se debe hacer a muy alta presión, por lo que se necesitan grandes tanques especiales.
Conversión Térmica Oceánica (OTEC)
De ciclo cerrado: con el calor del mar se hacen hervir determinados líquidos que posean un punto bajo de ebullición (por ejemplo el amoníaco) y ese calor hace funcionar turbinas de generación eléctrica. El vapor residual se enfría con agua de mar más fría.
De ciclo abierto: se usa el agua caliente directamente para convertirla en vapor de baja presión y generar energía con ella. Luego se enfría por condensación y produce agua dulce.
De Ciclo híbrido: se usa un “OTEC” de ciclo cerrado para generar electricidad, que se reutiliza para crear un entorno de baja presión que hará funcionar el ciclo abierto.
Eólica
Por ahora esta fuente de energía es muy dependiente: si no sopla el viento no hay producción pues los aerogeneradores no se mueven. Una opción que los científicos estudian con ahínco es la de los aerogeneradores flotantes (unos globos los elevarían y los cables servirían de soporte y vía de recepción a la vez) que se colocarían a más de 5000 metros, donde el flujo de aire es constante. Esto resolvería el problema de la contaminación paisajística (o crearía uno nuevo) y de la amenaza a las aves que representan las aspas, pero podrían resultar peligrosos para la aviación.
Hidroeléctrica
El 20% aproximadamente de la energía que se usa a nivel mundial proviene de esta fuente, que aprovecha la energía cinética de las aguas (tanto de saltos, como de corrientes de ríos y/o de las mareas) para transformarla en electricidad. El problema es que las represas hidroeléctricas son generadoras de residuos tales como el metano o el CO2 (en cantidades alarmantes según algunos científicos), que provienen de la descomposición de los materiales vegetal y animal que quedan sumergidos.
A esto hay que sumarle que muchas veces requieren de combustibles adicionales y que los desvíos necesarios para su construcción han hundido para siempre sitios históricos y han modificado de manera radical los paisajes y su equilibrio ecológico.
Nuclear
Por fisión del uranio
No es barata, sus residuos contaminan por milenios (son tóxicos, cancerígenos y radiactivos) y más allá de las extremas medidas de seguridad que se toman, es muy difícil prever los fenómenos naturales que pueden afectarla. En fin, que no es la mejor de las opciones.
Por fusión del hidrógeno
El proceso se basa en las estrellas. Una vez que se alcanza la elevadísima temperatura (unos cien millones de grados) que se requiere para desatar el proceso, los átomos de Hidrógeno se fusionan liberando cantidades muy importantes de energía y sus residuos son poco radiactivos y perecederos.
Existe un proyecto internacional llamado ITER que está desarrollando en Japón y en Francia reactores experimentales que usan campos magnéticos muy potentes para comprimir el Hidrógeno hasta que alcance el estado de “plasma” y se inicie la fusión.
Petróleo
Las múltiples aplicaciones del “oro negro” fueron el gran descubrimiento del siglo XX. Lo que no se tuvo en cuenta hasta hace relativamente poco tiempo, es el grado de contaminación que produce su combustión, la generación de sus derivados o la larga vida de varios de sus sub productos, además de los derrames y del consiguiente daño ecológico que estos conllevan.
Nadie se pone de acuerdo en la determinación de cuándo se terminará el petróleo; puede ser que lo haga en este siglo o que se “descubran” reservas que duren un par más. Lo cierto es que llegará el día en el que este combustible fósil ya no sea viable.
Solar
Es una de las energías mas limpias que existen y se basa en la captación de la luz del sol con células fotovoltaicas (mediante espejos que “siguen al sol” y se llaman heliostatos) para transformarla en electricidad o del calor para generalmente calentar aguas de manera directa. Los paneles solares ya están siendo usados para proveer energía a coches, casas, industrias y hasta para recargar los móviles.
El inconveniente principal es que la inversión inicial es de un alto coste, se necesitan ingentes cantidades de espacio y la contaminación de los cielos puede actuar como bloqueador de la luz solar.