El preso palestino Mohammed Allan, recluido en una cárcel de Israel, ha entrado en coma tras permanecer durante 60 días una huelga de hambre. La Sociedad de Presos Palestinos ha informado de que Allan ha perdido la consciencia esta mañana y ha entrado en coma.
Los médicos le han puesto ventilación asistida, pero su situación es «muy crítica», según un diputado del Parlamento israelí, Usama al Saadi, citado por la agencia de noticias Maan. «Allan podría convertirse en mártir en solo unas horas», ha advertido.
Allan, un abogado residente en Nablus, Cisjordania, fue arrestado en noviembre de 2014 y se encuentra bajo detención administrativa, una fórmula por la que Israel puede mantener a una persona recluida sin presentar cargos.
Hace 60 días, inició una huelga de hambre para protestar por su situación, sin que por el momento haya habido el más mínimo gesto por parte de las autoridades israelíes. Israel, de hecho, aprobó el mes pasado una ley por la que se reserva el derecho de alimentar a la fuerza a los presos que rehúsan comer.
Ayer, el padre del preso, Nasser al Din Allan, aseguró a Maan que las autoridades israelíes estaban esperando a que su hijo entrase en coma para alimentarle. El pasado lunes, Allan fue trasladado de hospital después de que los médicos que le trataban en el primero se negasen a alimentarle contra su voluntad.