No cabe duda que la industria del balompié en Alemania atraviesa un gran momento. En el 2014 la Bundesliga registró ingresos por 2.450 millones de euros. Esta enorme suma, sin embargo, no se queda toda en manos de los jugadores o de los equipos. El fútbol también ha pensado en los deportes que tienen menos fortuna generando recursos propios y les ha extendido la mano con aportes financieros y campañas de promoción.
En los últimos cinco años el fútbol profesional alemán, a través de la Fundación Bundesliga, ha desembolsado poco más de un millón y medio de euros que han beneficiado a por lo menos 300 atletas que hacen parte de una élite de prometedoras figuras en diferentes disciplinas. Entre ellos se cuentan ocho recientes ganadores de medallas olímpicas (tres de oro, cuatro de plata y una de bronce) y varios poseedores de títulos y récords mundiales y europeos.
El apoyo, que anualmente dota a los deportistas de una subvención anual de hasta 4.000 euros, no es solamente monetario, también es logístico. A los jóvenes talentos, el fútbol les genera contactos para que obtengan la oportunidad de seguir formándose académicamente -o profesionalmente- en programas especiales que se ajusten a sus horarios de entrenamiento.
Este tema es de gran importancia para los atletas, quienes, según un estudio realizado por la Universidad del Deporte de Colonia, principalmente abandonan las prácticas del deporte de alto rendimiento ante las dificultades de combinarlas con su vida laboral.
En el marco de la cooperación, la Liga de Fútbol de Alemania (DFL) realiza año tras año campañas para recaudar fondos para otros deportes y también facilitarles el hallazgo de nuevos patrocinadores y socios comerciales. Bajo los lemas “Deportistas para deportistas”, “Dale tu nombre a Alemania”, o “El deporte nos une”, la Bundesliga le ha dedicado cada temporada por lo menos una fecha en cada uno de sus estadios a llamar la atención de los hinchas en dirección a otras prácticas deportivas menos populares y vistosas.
El trabajo conjunto de la Bundesliga con el resto de la comunidad deportiva alemana, que lleva el nombre Proyecto Faro, se extenderá por lo menos hasta mediados del 2016. Esto quiere decir que el fútbol pondrá por tercera vez consecutiva en unos Juegos Olímpicos a atletas cuyas carreras ha financiado parcial o totalmente.
Después de las Olimpiadas de Pekín y Londres, practicantes de deportes menos populares que el fútbol, como el patinaje artístico, la gimnasia rítmica o el judo, estarán en Río de Janeiro gracias a los recursos de la Bundesliga.