Bajo mis años de experiencia, creo que varias de nosotras tenemos el extraño superpoder para atraer a los hombres equivocados; y créanme, he hecho muchas veces la autocrítica sobre si yo me lo he buscado o es algo fortuito, y no, simplemente pasa y tengo que aceptar que mi imán de sacos de weas es gigante. Una creería que encontrando a otro friki que comparta los mismos gustos la cosa sería bastante más idílica de lo que vive el resto de la gente, por esa cosa romántica de que los frikis somos menos, que encontrar a un partner que se ría y se entretenga con las mismas cosas es la cumbia, pero al final la cosa termina siendo igual o peor que las historias dePasiones, solo que con weones que coleccionan figuras de acción por montones y gamers furiosos.
Por ello he armado junto con varias opiniones de expertas en el tema, una lista para identificar chicos ñoños de los que deberían correr ¡a velocidad supersónica!
1. El Celópata
Huir tan rápido como sus pies lo permitan, o tan rápido como se percaten que lo son, es un imperativo de vida. Esta especie de hombres tiende a ser terriblemente inseguro y nos achaca sus traumas personales; es decir ¿qué culpa tengo yo que lo hayan cagado mil veces antes, o que se sienta inconforme con quién es, su autoestima sea cuática y siempre se sienta menos que el resto? Y por eso anda como un loco encima de una, preguntando todo lo que hacemos, dónde y con quién estamos, y tenemos que andar marcando tarjeta a cada rato. Una lata y que a veces puede resultar muy, muy mal.
Estas relaciones son bastante insanas, desgastantes y, lo peor de esto, es que la mayoría de los celosos extremos lo son por que han sido de lo más pelaos con sus parejas anteriores o incluso con ustedes mismas, así que mucho ojo. El amor propio ante todo.
“En mi linda, insegura y ñoña adolescencia conocí al hermano menor de una amiga de mi hermano chico, era atlético, inteligente, ñoño, le gustaban los videojuegos y la animación… cuento corto, al mes y medio de ser amigos comenzamos a pololear (pololeo que duro mas de 6 años y aún no sé cómo carajos aguante a ese CTM al lado mío). Todo bien por los primeros 3 años con algunas dificultades por sus celos… pero cuando me dio por estudiar y trabajar el monstruo apareció y con eso la violencia de todo tipo. Padecí depresión los últimos meses e incluso estuve a punto de distanciarme de mi amistades por su mano…. eso hasta que uno de mis amigos me dio la fuerza para enfrentarlo y salir de ese espantoso lugar.
Años después me lo encontré en Estación Central, con un look estilo Romeo Santos venido a menos y, según él, pololeando otra vez. Si estás leyendo esto, lo único que te agradezco es la vasta info sobre juegos que tuve de ti, el resto me vale caca… tú eres caca. Ah, y muchacha que estás con él, si también lees esto ten cuidado… tu ‘chanchito’ golpea, insulta, mete miedo y te aleja de los que amas…. solo estará feliz cuanto te tenga solo para él, limpiando su inmundicia que tiene debajo de la cama”. Camila, Santiago.
2. El Egoísta
Supongamos que estamos en una relación light, donde todo anda relax, no hay complicaciones, no hay dramas, ni etiquetas. Todo va bien hasta que la nación del egoísmo ataca, y el tipo se da cuenta del arrastre que tienes (porque todas las chicas tenemos nuestro je ne sais quoi) y entonces este sujeto te quiere atar y pide pololeo, pero tú te das cuenta que el sigue en patrañas y no hay nada en su Facebook o sus conversaciones con amigos que delate que esta en una “relación” contigo.
Si esto ocurre, entonces corre como el viento, por que este tipo solo quiere poder jugar él, y no quiere compartirte en absoluto… sería tierno si no fuera porque él se sigue compartiendo con el resto. Y en el caso de los frikis no necesariamente son más románticos o derechos que el promedio, porque a varios de ellos les empieza a saltar la liebre una vez que están con una chica, y recién entonces lo empiezan a pescar las minas; la tentación lo carcome y empieza a amarrarte lo más posible para abrirse posibilidades de webeo sin que sospeches. Uf.
“Tuve un pololo que era ñoño y piola, me empezó a gustar porque era sencillo, se notaba honesto y yo estaba pasando por una época en que estaba chata de conocer hombres chanta que te querían solo para lucirte y buscar la cochinada. Compartíamos los mismos gustos y me sentía súper segura y validada con él, aunque no teníamos nada formal y yo era reacia a pololear porque quería disfrutar mi libertad; pero él de repente empezó con la cosa de pololeemos, hagámoslo serio, y yo al final, para no perderlo porque me gustaba mucho -aunque tenía todas las ganas de seguir conociendo gente y saliendo con otros minos- dije que sí.
Pero unos meses más tarde me enteré que él tenía sus patrañas por otros lados, con minas que habían aparecido de la nada justo al poco tiempo en que empezó a pololear conmigo. Vio la oportunidad y la tomó, pero no estaba ni ahí con que yo pudiera seguir conociendo gente. Y ni hablar de sus juegos y sus cosas ñoñas, que nunca compartió conmigo porque eran sus tesoros que solo él podía disfrutar. Terminé con él y, tal como llegaron esas minas, lo dejaron de pescar, curioso”. Paz, Santiago.
3. El Psycho
Este es el típico personaje que no tiene absolutamente nada contigo, y sin embargo se cree tu dueño; sabe donde estás, sabe con quiénes sales, lo que haces, lo que te gusta y lo que no. Sabe, por razones que desconoces (ya que no le has dado esa información) absolutamente todo sobre ti pero de una manera enfermiza, por lo que se molesta contigo cuando no lo pescas, o cuando no lo consideras y se da atribuciones que no corresponden. Un absoluto ¡¡DOLOR DE CABEZAAAA!!
Es rico recibir piropos y cumplidos de vez en cuando, pero arriesgarse a malos ratos por culpa de este tipo de gente, ¿para qué? Mantener la autoestima sana es pega de una, no de cómo te valora la gente, así que estos sujetos nunca deberían tener cabida en la vida de una mujer que sabe lo que vale.
“En mi experiencia, esto es lo que puede pasar cuando accedes a salir con un mino que conociste en el mundo friki y que por alguna razón ‘te admiraba’ o te seguía por lo que hacías, en mi caso el cosplay. No salimos más de dos veces y nunca pasó nada, porque estuvimos en lugares públicos y donde también iban amigos y conocidos de nosotros, pero él se sentía con el derecho a cobrarme sentimientos si yo salía otro día con un mino y ponía una foto en Facebook, por ejemplo. ‘Loco, no estamos pololeando, calma tus pasiones’ le dije una vez y fue lo peor, se puso como energúmeno. Que yo era una maraca, que jugaba con los hombres. Y ahí fue soltando todo lo que sabía de mí, era un psicópata. A qué hora y con quién salía, dónde iba y si pasaba algo o no. Según él, toda esa evidencia la usaría para dejar mi reputación por el suelo porque ‘yo lo dañé’, pero toda la relación ocurrió en su mente. Qué gente más enferma”. Constanza, Concepción.
4. El Víctima
Un caso especial entre los casos más frikis de todos; no solo tiene problemas con su seguridad, sino que siente que tú también tienes que compartir su dolor y tiende a hacerte sentir mal por absolutamente todo. Y como si no bastara con eso, malinterpreta constantemente lo que le dices y siempre terminas sintiéndote como la mala de la película, y dándole un montón de oportunidades porque al final te da pena. Nada más loser que seguir con un hombre por lástima.
Este es uno de los más populares y diría que Chile está lleno de estas víctimas del mundo y de la injusticia; a algunos les llaman princesos (como a la seudo tribu urbana), porque ademas de ser así, hacen todo lo que en realidad hace la mayoría de las minas cuando se queja de estas cosas.
“Uf, mi ex era una víctima permanente. Nunca fue capaz de asumir su responsabilidad en nada de lo que hacía, y según él todas las cosas malas que le pasaban era porque alguien le tenía mala, tenía mala suerte, yo no lo apoyaba lo suficiente; es una lata cuando la gente no tiene autocrítica y no es capaz de ser hombrecito y decir ‘sí, quizás yo la estoy cagando y tengo que mejorar para que estas cosas no sigan pasando’. Fui reincidente luego con otro mino similar y me di cuenta que tenía que cortar de raíz el patrón, así que ahora estoy a años luz de esta gente que hace del dolor su discurso de justificación para todo”. Paulina, Chillán.
5. El Blahblah y El Inestable
Aquí mezclo dos, porque muchas veces en la fauna silvestre estos dos bellos atributos del carácter humano se dan en conjunto.
Por un lado tenemos al Blahblah, el típico mino con el don de la palabra que con su inteligencia y sabiduría ñoña te conquistó porque sabía harto sobre muchas cosas que eran de tu interés y hablaba muy bonito, pero que lamentablemente es bastante flojito para poner todas sus maravillosas promesas en práctica y dice más de lo que hace en realidad; “quiero verte, te regalaré tal cosa, haré tal cosa por ti, te acompañaré en tal situación”; sin embargo, jamás de los jamases cumple.
Y la cosa es simple; si no estás seguro de poder hacerlo, pues NO TE COMPROMETAS A HACERLO, no hay nada más hinchaovarios que nos hagan eso; si un tipo les ha hecho esta situación más de 3 veces, aléjense de este pastel, no cumplirá nada, ni ahora ni nunca, porque no es su cultura y, contrario a lo que puedan seguir creyendo las que aman Crepúsculo y las 50 Sombras de Whatever, no, cambiar al chico malo es una pendejería que no funciona, desgasta, te humilla y no tiene sentido. Si en su casa no le dieron la educación suficiente para que su palabra valiera algo, tú no vas a ser el compás moral jamás que él necesita. A lo más, acabará mintiéndote para que no lo retes, porque te verá como una especie de figura castigadora a la que necesita engrupir para salvarse de la reprimenda.
Y por otro lado tenemos al Inestable, el típico mino nerd quien, por falta de experiencia en el campo amoroso o porque simplemente lleva tanto tiempo acostumbrado a vivir cuadradamente de una forma, un día te quiere y al otro no; quiere ser tu pololo, pero después se siente atado, un día quiere verte todo el tiempo pero después lo ahogas, etc. Ya saben cómo sigue la historia. Lo peor es que normalmente es él el quien no logra decidirse y ¡PAF! Colapso mental. Un desgaste innecesario que ninguna persona con amor propio necesita.
“La mítica fusión entre los dos genera al PERFECTO IDIOTA, y de este puedo hablar con absoluta confianza porque es un patrón al que atraigo irremediablemente pero ya los identifico tan bien que ¡¡CALABAZA!! con esos seres. Ya he estado muchas veces en esa situación y sería yo la tonta si siguiera creyendo en el Viejito Pascuero. Si hay algo que abunda en los ñoños de hoy es una bajísima tolerancia a la frustración; búsquense minos maduros, no cabros chicos arrebatados”. Natalia, Santiago.
6. Infiel crónico
Poco que explicar aquí, salvo que contrario a lo que se cree gracias al cine y las series, no todos los ñoños son tipos con magras habilidades sociales y cero experiencia con las mujeres. Oh, todo lo contrario, porque zorrones no hay solo en el banquillo de los acusados; algunos de los que parecen más santurrones son los más culisueltos.
Hay tipos que simplemente no pueden estar en un relación estable, y está bien porque en sí no es algo cuestionable. Lo complejo ahí viene por cuenta nuestra, cuando queremos domesticar a estos salvajes y someterlos a la monogamia sabiendo que a ese buey lo tira otra yunta. Si el sexo es bueno, aprovéchenlo y ténganlo en la banca y, si no, no vale la pena porque es el tipo de minos que solo funcionan para relaciones banales, donde solo hay sexo y momentos 1313, el coqueteo constante que no lleva a nada con un futuro real. Son así y les gusta, punto.
“Bacán que tengamos temas ñoños en común, que compartamos uno que otro gusto friki, pero no hay que engañarse, estamos con ellos por una sola cosa, y no hay más. A veces una cree que porque hay química en el sexo también habrá en la vida, y son cosas que aunque complementarias es todo mejor, no siempre se dan en conjunto. Y si no sabes separar las cosas, entonces este juego no es para ti y hay que dejárselo a la gente que se la puede, o si no siempre vas a salir para atrás”. Claudia, Santiago.
7. Los Pegados
Argh, ese tipo que está aún enganchado de su ex. Huyan lejos, muy lejos. Esta gente incluso no debería tener permiso para salir a buscar pareja; el Estado debería meter el terminar una relación en el GES, dar licencias médicas cuando uno queda hecho mierda y exigir una terapia psicológica antes de liberar al individuo al mundo real, porque claramente ellos no disciernen que NADA bueno puede ofrecer a otra mujer si están pegados con otra, a la que no pueden superar y tú siempre estarás a su sombra, sin que lo pidieras o, muchas veces, lo supieras al principio.
Usualmente es la primera polola, con la que dejó de ser un ñoño metido en sus juegos y con Pornhub como su mejor amigo, y empezó a conocer el mundo más allá de sus cuatro paredes y los bromance con sus amigos. Entonces, la impronta -para bien o mal- que dejó la susodicha es imborrable; el cabro ya mereció, está entre nosotros, pero no es uno de nosotros del todo. Está en una transición, como esas almas que caminaban al pozo en la ilusión de Shaka en la casa de Cáncer en Saint Seiya, y no es nuestra pega ser el siguiente paso en su evolución hacia el alta clínica.
“Apóyenlo como amigas, mándenlo directamente a la friendzone y no lo saquen de ahí jamás, porque al chico le costará mucho superar a su ex polola y, en el remoto caso que lo logre, siempre habrá una parte de él que las estará comparando; ergo, habrá una parte de ustedes que sabrá que la están comparando, lo que lleva a autoestimas que sufren, ‘ya no sé lo que valgo’, y es un fiasco de marca mayor”. Daniela, Talca.
8. Drama Queen
Este es lejos uno de los que más me espanta y me mata absolutamente todas las pasiones; ese ñoño que se pasa de copas y le gusta armarte un show de tamaños monumentales… Es horriblemente penca cuando tu pololo se cura y se pone weon, llamando y pintando el mono por algo que en su volada de borracho exageró más de la cuenta, o te da jugo en un carrete porque -inserterazónidiotaaquí-, una real lata, pero hay un nivel superlativo de esta raza bruta
que está formado por selectos especímenes que hacen todo lo anteriormente mencionado, ¡y no son nada! Ni un besito loco, ni una agarraita de mano, nada. Hasta la mamá les ha hecho más cariño que una pero, bajo los efectos del alcohol, hasta el nerd más piola es un espartano gritón.
Y no crean que la cosa cambia, porque estas joyas se ponen peor con el tiempo y el copete siempre les sube la cuota hasta un punto de no retorno que puede ser muy peligroso.
“Los minos sufridos siempre son una debilidad para una cuando es chica, pero no puedo entender que una mujer adulta o al menos centrada se fije en gente así. O tienen complejo de mamá, o son simplemente hueonas. Esos tipos que de todo hacen un drama, que la vida los ha tratado mal y son rudos pero se botan al trago, los chicos malos, NEXT con esa hueá. Cómo tanta tonta hueona cayendo en el mismo modelo de brutos, si ya estamos en tiempos distintos. Hay que espabilarse, no se puede seguir siendo tan ingenua, los drama queen que más encima arman atados con copete y luego no se hacen responsables porque no lo recuerdan o ‘el copete me pone hueón, no quise decirlo’, son para arrancar lejos y dejar que mueran vírgenes para siempre”. Olivia, Las Condes.
Así que si alguna de ustedes está en conversaciones con un chiquillo ñoño que les parece interesante, que presenta una o mas de estas características y dice para sí “pero no creo que sea un mal cabro, es ñoñito y no de esos zorrones que tratan a las minas como el forro”, piénsenlo y…
Fuente: http://www.calabozomutante.cl