Macabro, sangriento, perverso, doloroso, espeluznante, demencial… Cualquier juicio de valor es escaso ante tamaño hecho. El episodio es uno de los más bestiales de los cuales se tienen conocimiento y bien podría formar parte de alguna secuencia en películas de terror, ya que es una situación inverosímil para la vida real. Pero, el famoso cliché de que a veces la realidad supera a la ficción, se cumplió. Y lamentablemente para mal.
Este brutal hecho tuvo fecha y lugar entre la noche del lunes y las primeras horas del martes, en la localidad chaqueña de General Pinedo, ubicada a 280 kilómetros de Resistencia. Y dejó conmocionada a la población.
Elizabeth Juárez, de 16 años, fue bestialmente violada por un grupo de personas que supuestamente le quería ayudar a sacarle el demonio que la poseía. Pero eso no fue todo, ya que a la postre ¡le arrancaron los ojos! debido a que el ser del mal estaba allí adentro. Todo bajo el supuesto marco de un rito satánico. Y para agregarle un dato más a semejante perversión, quien le quitó los ojos a la adolescente, por orden de pastores evangelistas, fue nada menos que su hermana Sandra, de 22 años, que confesó el hecho y es la única detenida.
Mientras tanto, se busca a los autores del ultraje, ya que la joven tenía lesiones en la zona genital y rastros de semen. Según le confiaron a “Crónica”, los hombres que llevaron a cabo tamaña aberración ya estarían identificados por los investigadores y podrían caer en las próximas horas.
Este diario también averiguó que la propia Elizabeth se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Perrando de Resistencia, al que fue trasladada por su grado de complejidad debido al tremendo estado de shock por el dolor y la sangre que perdió.
El Comisario Pablo Almirón le había comentado al portal Gente de Pueblo de la localidad chaqueña , que“la joven decía que estaba poseída por un ser demoníaco y maléfico. Veía bicho y animales. Por eso los padres fueron a pedir auxilio a centros evangélicos y a pastores”.
Sandra confesó que en uno de esos centros religiosos evangelistas le dijeron que ella tenía que ser quien le arranque los ojos a Elizabeth para que se cure. Quienes se escudan en la fe para realizar estos actos perversos le facilitaron elementos punzantes y cortantes para la faena.
La hermana habló ante el fiscal Hugo Baigorrí, quien investiga el caso, y confesó su autoría.
Almirón no salió de su asombro en el tema: “Es la primera vez en 22 años de carrera en la Policía que tengo un hecho de esta naturaleza. El fiscal que tiene otros tantos me dijo lo mismo. Ver el estado de la joven fue algo de no creer. Es algo muy difícil de explicar”.