El desnudo femenino ha sido históricamente una de las grandes inspiraciones del arte. En esta tradición que se reinventa con la tecnología digital, la fotógrafa neoyorkina Shae DeTar ha encontrado en el cuerpo de la mujer inmerso en la naturaleza un tema de exploración estética. Entre prismas, agua y laberintos de árboles, DeTar reflexiona visualmente sobre la belleza femenina al borde del rapto místico y de la sutileza.
Las imágenes de DeTar se imprimen y luego son tratadas con pigmentos para crear estas fluoresencias, subir los colores y poder hacer de ellas lienzos mixtos, como coloreados por la imaginación juvenil. Su serie de desnudos femeninos en la naturaleza es parte de una exposición colectiva de fotografía, Pheromone Hotbox, que se presenta en Nueva York.