Juan Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda falleció después de la 10 de la noche del 7 de agosto, según informó el Hospital Militar. Durante dos días fue imposible encontrar su certificado de defunción en Internet. Se habría determinado por sus familiares la cremación del cuerpo en el Cementerio Católico, dirigido por un pinochetista fervoroso, y antes de la cinco de la mañana los restos habrían sido sacados con destino desconocido por sus familiares.
Así comienza la publicación que difundió en redes sociales el abogado Roberto Ávila, advirtiendo una serie de inconsistencias en el proceso de inhumación del ex timonel de la DINA y señalando que podría no haberse respetado el procedimiento legal establecido en el Código Sanitario y el Reglamento de Cementerios de 1970.
Ávila preguntó si es posible que la Seremía de Salud haya funcionado durante la madrugada para autorizar la cremación del Mamo, previo a un chequeo del cuerpo y la confección de fichas con el ADN, las piezas entales y huellas digitales para dar por establecida la identificación positiva, a fin de acreditar que el mismo cuerpo que ingresó a Gendarmería fue el que se entregó.
«¿Por qué un alto funcionario de este gobierno estaba aterrorizado y desanimó a los familiares a que pusieran estas dudas en instancias judiciales?», escribió el abogado, quien conversó en extenso con El Ciudadano TV sobre estas interrogantes.