«¿Por qué han venido en mi casa? ¿Por qué me disparan? ¿Por qué disparan a mi perro?», gritaba desconsolado Christopher McKinley, dueño de la casa en la que irrumpió la Policía del condado de DeKalb la noche de este lunes, según reporta un vecino que presenció la escena, informa ‘The Guardian‘.
El incidente comenzó cuando la Policía recibió un aviso sobre un posible robo en una vivienda cercana a una intersección en el sureste del estado de Atlanta. Los agentes se dirigieron a la zona sin una dirección exacta. Tres policías hallaron una vivienda que parecía coincidir con la descripción proporcionada por la persona que había llamado a la Policía, pero no pudieron establecer contacto con nadie del interior de la vivienda, según un comunicado de la Oficina de Investigación de Georgia (GBI).
Tras ello, los agentes entraron en la vivienda por una puerta trasera y dos de ellos mataron al perro de McKinley a disparos, mientras que el dueño de la vivienda recibió un impacto de bala en la pierna derecha. La GBI también ha informado de que uno de los agentes, Travis Jones, recibió un disparo en la cadera, «probablemente» efectuado de forma accidental por parte de uno de sus compañeros, y actualmente se encuentra en estado grave en el Hospital Grady Memorial.
«Me dijo que estaban en casa viendo la televisión cuando escucharon algo en el patio trasero. El marido se levantó para comprobar qué pasaba, abrió la puerta y vio disparos. Él fue alcanzado (por un disparo) y su perro, muerto», relata Tama Colson, vecina de las víctimas que se topó con ellas en la calle cuando huían de casa.
La GBI ha declarado que no hay evidencias de que los residentes de la vivienda hubieran cometido ningún delito y afirman que a los tres oficiales, identificados como Jones, Quhanna Lloyd y Timoteo Harden, se les ha impuesto una licencia administrativa.