Hace un par de semanas, en la celebración del marketing day que River realizó para sus sponsors, estuvo presente un gerente de Emirates. Aunque no hubo una oferta formal, la idea fue cobrando fuerza. Para que sea haga realidad, los dirigentes de Núñez buscan 70 millones de dólares y que el proyecto esté acompañado por la remodelación del estadio.
El modelo ya se hizo común en Europa con el Allianz Arena de Munich, el Emirates Stadium del Arsenal y el Etihad de Manchester City, pero la idea aterrizó en Sudamérica cuando la misma compañía alemana de seguros que auspicia al Bayern Munich llegó a San Pablo para rebautizar el Parque Antártica de Palmeiras por 20 años, a cambio de 150 millones de dólares. Por eso, Rodolfo D’Onofrio se ilusiona con el proyecto.
La aspiración es ampliar la capacidad a 80 mil personas, eliminar la pista de atletismo que no tiene uso y de esta manera acercar las tribunas a la cancha. El propósito también incluye techar el estadio y construir una estructura de palcos de dos pisos. La intención se completa con un estacionamiento de cuatro plantas y un comedor con vista al campo de juego.
El italiano Antonio Vespucio Liberti fue el que más tiempo estuvo en la silla presidencial de Núñez y uno de los primeros dirigentes que vio al fútbol como una empresa. La construcción del estadio en Núñez fue uno de sus principales logros institucionales. Por el momento, los hinchas no ven con malos ojos que el estadio ya no tenga su nombre, según las encuestas que encargó el departamento de marketing.