1 – Echar a la persona de tu casa: por más que sea un amor ocasional, un ligue de una noche o alguien con quien dejaste en claro que jamás ibas a tener un vínculo serio y comprometido, sentirte un consolador humano o una muñeca inflable es doloroso, siempre. No creo que sea tan molesto compartir un rato, una cerveza, un café, una charla con la otra persona. Justamente, nunca hay que perder de vista que el otro es una persona y, como tal, hay que respetarla.
2 – Ponerte memorioso: nadie quiere saber cómo lo hacías con tu ex o qué atributos tenía, ni cuál fue el lugar más exótico. Lo último que una persona quiere escuchar de su pareja sexual y, encima, justo después de tener relaciones, es una charla detallada acerca de sus otros u otras amantes.
Sobre todo, no compares. Nunca compares nada, ni tamaños, ni posiciones, ni sensaciones. Nada. Tanto por tu pareja actual como por la anterior; el sexo es un momento íntimo entre las personas que lo comparten y nadie más tiene por qué conocer los detalles.
3 – Jugar con el celular: nada tan importante puede haber sucedido durante la última ¿media hora? que estuviste alejado de tu teléfono. En caso de urgencias, probablemente te llamen o te enteres de cualquier otra manera. Entonces, saltar de la cama e ir directo hacia el celular es una falta de atención grave hacia el otro. Para revisar tus redes sociales o el WhatsApp, espera hasta que la cita haya terminado o, al menos, que pase un tiempo considerable desde el momento en que terminaron de hacer el amor.
4 – Criticar su físico: por más que sea en broma, si un hombre te dice que te falta gimnasio, que te ve desmejorada o cualquier otra animalada y, encima, lo hace luego del acto sexual, es para explotar de furia. Son comentarios innecesarios que lastiman en cualquier contexto, pero estar abrazados (o no) en una cama, hace que la persona se sienta más vulnerable. Del otro lado, es lo mismo. Si bien sabemos que el tamaño no es importante, algunos hombres todavía se muestran sensibles respecto a ese tema. Con lo cual, los comentarios “sinceros” es mejor guardárselos en el bolsillo.
5 – Mientas: si no llegaste al orgasmo y decís lo contrario, además de mentirle a él, te estás engañando a vos misma. De esa manera nunca van a poder encontrar la forma de llevar tu placer al máximo y de explorar las infinitas opciones que existen dentro del universo sexual.
Es normal en las mujeres que no lleguemos tan fácilmente al clímax o en la misma cantidad de tiempo que el hombre. No significa que él haya hecho algo malo ni que vos seas un témpano. A veces, simplemente, necesitamos otro tipo de estimulación o que esa estimulación sea más prolongada. Nada de esto sucederá si continúas con la mentira.