El partido de Messi que se pactó desde una cárcel

El encuentro de esta noche se tenía que jugar ante Brasil, pero sus dirigentes no aceptaron la propuesta; doce seleccionados tomaron la misma decisión

El partido de Messi que se pactó desde una cárcel

Autor: Javi Gumucio

Carlos Chávez está tranquilo. Cree que es inocente. No está arrepentido de nada. De hecho, el expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol se toma un whisky y juega al billar en uno de los ambientes de la cárcel de Palmasola. En otro recinto, un tanto más privado, firma contratos por cientos de miles de dólares.

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Esta noche, Argentina debía jugar el Clásico de las Américas frente a Brasil, en Houston, pero el rival será Bolivia. Los dirigentes de la canarinha no quisieron participar del encuentro por no involucrarse en el escándalo de corrupción de la FIFA y de empresas de marketing deportivo y televisación, como Full Play Group y Torneos y Competencias, organizadores del encuentro.

Argentina intentó cambiar rápidamente de rival, pero ¡doce! federaciones le respondieron de forma negativa. Buscó adversarios por Centroamérica, África, Europa y Asia y todos le bajaron el pulgar. Ahí apareció Bolivia, con Chávez a la cabeza, que desde el centro penitenciario donde está recluido desde el 17 de julio por presunto cobro de sobornos y comisiones, puso la firma.

El acuerdo se realizó el 4 de agosto. Nadie en Bolivia sabía que su selección jugaría ante Argentina en unas semanas. Los periodistas se enteraron por los medios argentinos. Incluso los actuales dirigentes de la FBF desconocían el amistoso. “Nosotros nos enteramos después”, dice Walter Zuleta, el nuevo tesorero del organismo, y agrega: “Parece que había una relación de amistad entre Chávez y las empresas que organizan el partido”. La AFA, que cobraba un millón de dólares por partido, cobró 450 mil.


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