Twist and shout – (The Beatles)
El himno de la beatlemanía, esa canción que hacía gritar y delirar a toda una generación y que perduró hasta la actualidad, no es de la autoría de los fantásticos cuatro. Twist and shout pertenece a la banda americana The Isley Brothers. Pero esto no termina allí: a su vez, The Isley Brothers se basaron en Shake it up, baby de The top Notes, quienes se inspiraron en la bamba mexicana.
Girls just wanna have fun – (Cindy Lauper)
El grito de liberación femenina de los ´80 no fue compuesto ni cantado por primera vez por Cindy Lauper, sino que, irónicamente, había sido una catarsis artística de Robert Hazard luego de romper con su novia. Hazard había comentado sobre Girls just wanna have fun que era solo una tonta canción que había inventado en la ducha. No tenía ni idea de que se convertiría en uno de los mayores hits de la historia.
Valerie – (Amy Winehouse)
Una de las canciones más hermosas del también maravilloso disco “Back to Black” de Amy Winehoyse, no es de su autoría. Valerie fue escrita e interpretada por el grupo de indie-rock The Zutons, quienes no lograron posicionar a la canción en el mismo puesto que lo hizo Amy. De todas maneras, vale la pena buscar el video en YouTube y escuchar la versión relajada y original.
Hound dog – (Elvis Presley)
Elvis, el rey, popularizó este típico rock and roll emblema de los fines de los ´50. Pero no era una canción propia. Presley hizo un cover de una de las voces más famosas del Rythm and Blues de los 50, Big Mama Thorntnon. La canción había sido compuesta por Jerry Leiber y Mike Stoller en 1952, cuatro años antes que el ícono del rock and roll hiciera bailar al mundo con ella.
Respect – (Aretha Franklin)
Cuando se piensa en la voz más potente y desgarradora del soul, se piensa en Aretha. Y cuando se piensa en Aretha, se piensa en Respect. Sin embargo, esta canción fue compuesta por el genial Ottis Redding. La reina y el rey del soul estaban dejando una huella en la música popular universal, cada uno con su marca personal.