En lo que respecta a la minería, los 20 años de la Concertación es lo más nefasto que ha ocurrido en toda nuestra historia patria.
Se me ha solicitado que escriba algo acerca de la minería chilena en los 20 años de Gobierno de la Concertación, pero destacando tanto los aspectos positivos como los negativos y lo que quedó pendiente.
Difícil tarea, puesto que desde hace años vengo denunciando lo negativo de esta política minera, y encontrar lo positivo me era complicado. Y, aunque reflexioné con calma, lo positivo no lo encontré.
Seguro más de alguien puede criticarme de parcialidad puesto que el hecho de ser el primer productor mundial de cobre es evidentemente un hecho positivo, pero ese puesto ya lo teníamos en 1989, cuando con 1,6 millones de toneladas producíamos el 18% del total mundial. Ahora, con 5,3 millones de toneladas producimos el 34% del cobre de mina en el mundo. Un crecimiento tan espectacular de la producción chilena de cobre, no puede sino ser algo tremendamente positivo.
Triplicar la producción de cobre en sólo 20 años, desde el punto de vista de las estadísticas o de las matemáticas puede efectivamente ser visto como un éxito rotundo. Sin embargo, al entrar a analizar lo que este espectacular aumento de la producción minera ha significado para la economía y las finanzas de nuestro país, no podemos sino concluir que esta sobreproducción es lo más negativo que ha existido en toda la historia de Chile, no sólo en la minería sino que en todo lo que la economía encierra con ese término.
Como lo analizaremos, no existe en la historia de Chile un desastre mayor al de la política minera o, más bien dicho, a la falta de política minera de la Concertación.
Estas son algunas de las cifras: Entre 1989 y 2004, las mineras extranjeras se llevaron 24 millones de toneladas de cobre, sin contar otros metales preciosos, y pagaron en impuesto a la renta (Informe del SII al Senado el año 2004) sólo 1.146 millones de dólares, que fueron pagados por una sola empresa, Minera Escondida, mientras que todas las otras no habían pagado un solo peso de impuesto a la renta en Chile, es más, tenían pérdidas tributarias acumuladas por 2.700 millones de dólares.
Es decir, entre lo que el Fisco recibió en impuestos de parte de minera Escondida y el crédito que las otras tenían del Estado por pérdidas tributarias acumuladas, resultaba que el Fisco chileno quedaba en déficit.
¿Cuál es el valor presente de los 24 millones de toneladas de cobre que se llevaron las mineras extranjeras entre 1989 y el 2004? Al precio promedio del cobre en lo que va de este año, de 3,2 dólares la libra, eso equivale a 170 mil millones de dólares.
Es decir, al valor presente, se llevaron 170 mil millones de dólares y no dejaron un solo dólar de impuesto en nuestro país. No tributaron, pero se llevaron 24 millones de toneladas de cobre que nuestro país perdió para siempre, porque se trata de recursos no renovables.
Y eso no es todo, porque además Codelco dejó de percibir otros 100 mil millones de dólares en estos 20 años, a causa de la espectacular caída del precio del cobre entre 1990 y 2004, como consecuencia de la sobreproducción mundial de cobre generada precisamente por las mineras extranjeras instaladas en Chile. Desafío a que alguien pueda encontrar en toda nuestra historia republicana cifras más negativas que éstas.
Es indudable que la Concertación realizó muchas cosas buenas y beneficiosas para nuestro país en otros aspectos de nuestro desarrollo social, económico y cultural, pero en lo que respecta a la minería, los 20 años de la Concertación es lo más nefasto que ha ocurrido en toda nuestra historia patria.
LAS BASES QUE SE CONSOLIDARON
Si bien es cierto que la dictadura creó las condiciones para el ingreso del capital extranjero en la minería, esta inversión no se concretizó hasta después del año 1990, cuando la Concertación impulsó nuevas leyes, en consenso con la derecha, para que estas empresas no pagaran impuestos en Chile y se les otorgaran granjerías que facilitarían la inversión foránea, la que además del perjuicio económico generó un daño considerable en el medio ambiente e hizo desaparecer el agua de múltiples localidades y comunidades del norte chileno.
Más de alguien podría todavía argumentar que este espectacular incremento de la producción minera debe haber creado mucho empleo y eso sería un aspecto positivo.
Pero desgraciadamente eso no se produjo, porque si bien se crearon algunos miles de empleos, a la vez se destruyeron aún más en la pequeña y mediana minería producto del colapso del precio del cobre, y de hecho las estadísticas de Cochilco nos muestran que el trabajo existente en la minería en 1989 es superior al del año 2008.
No, absolutamente no. Nada hay de positivo en la política minera durante los 20 años de la Concertación. Tampoco podemos responder a lo que resta por hacer en el programa minero de la Concertación, puesto que lo que ocurrió con la nefasta inversión extranjera en la minería, no estaba en su programa ni de ninguno de sus partidos cuando llegaron al poder en 1990.
No estaba programado lo que ocurrió. Por ejemplo, la principal ley que permitió que no se pagara impuestos en la minería, la 18.985 de junio de 1990, nunca estuvo en el programa del gobierno o de los partidos de la Concertación, y por ello esta reforma ni siquiera fue discutida en el Parlamento. Se aprobó sin discusión y en el más completo silencio del parlamento y de todos los medios de comunicación de la época.
Ello es para mí un misterio inexplicable hasta la fecha, misterio que quizás pronto dejará de serlo puesto que al cabo de 25 años, los EEUU permiten que se desclasifiquen los documentos secretos de la CIA, y algunos de esos documentos seguramente nos podrán indicar quiénes fueron los operadores que implementaron esta política que se ejecutó al amparo de los gobiernos de la Concertación, en pleno consenso con la derecha, como una suerte de gobierno de unidad nacional, modelo que vuelve a ponerse de moda, pero esta vez por parte de un gobierno de derecha.
Pero lo que resta por hacer en minería, todos los chilenos lo deberíamos tener claro: Renacionalizar toda la gran minería, refinar e industrializar tanto el cobre como el litio en nuestro país.
Ahora, ¿qué nos espera en los años que vienen?
Por Julian Alcayaga Olivares
El autor es economista experto en minería. Presidente del Comité de Defensa y Recuperación del Cobre.
Fotografía: Visita de Eduardo Frei Ruiz-Tagle a empresa gráfica en Cerrillos, durante su segundo año de Gobierno. Por Álvaro Hoppe.
El Ciudadano