Laura Cordoba nació en 1989, en Río Negro, al sur de la Argentina; creció en Entre Ríos y pasó la mayor parte de su vida en Luján, una ciudad al oeste de Buenos Aires. Hoy en día, vive en la Capital Federal. Egresó del Profesorado en Artes Visuales de la Escuela de Arte «José Pipo Ferrari», en el año 2011. Hizo la especialidad en Pintura. Al respecto, dijo «debo decir que guardo el mejor de los recuerdos de mi escuela, donde hice muchos amigos, tanto compañeros como profesores; fue una base que me permitió conocer muchos aspectos de las Artes Visuales, en un sentido amplio, para tener la inquietud de ir profundizando alguno, con el tiempo». La inquietud, en su caso, resultó ser el dibujo, la pintura y las técnicas mixtas.
En el año 2010, Laura Cordoba concursó por una de las dos becas que otorga el artista Nicolás Menza y accedió a ella. Estudia con él desde entonces. Además, en el 2013, comenzó a cursar un ciclo de Licenciatura en Artes Visuales, para complementar su formación académica. Eligió la educación a distancia y está cursando en la FADU, de la Universidad Nacional del Litoral.
Desde el 2008, expuso regularmente y varias veces al año: muestras individuales o colectivas, en diferentes espacios artísticos de Buenos Aires, Entre Ríos y Capital Federal. A final del 2013 recibió el Premio al Artista Local en el Salón Nacional de Pintura, organizado por el Museo Municipal de Bellas Artes de Luján. En julio de este año, expuso en una muestra colectiva del taller de Menza, en el marco de un ciclo de muestras celebratorias por los 30 años del taller.
¿Qué estás trabajando hoy en día? /¿Qué relación hay entre tu pintura y tu vida?
Me resulta muy difícil hablar sobre los trabajos que estoy realizando en el momento. Considero también innecesario traducir en palabras lo que elijo y necesito manifestar visualmente. Demoro mucho tiempo en exponerlos y, generalmente, es en esa instancia donde me encuentro más a gusto para referirme a ellos, entenderlos, analizarlos, incluso describirlos.
Podría decir, sin dudas, que siempre estoy «buscando»: en una canción, en un texto, en un color o un papel rasgado, en una textura. Observo y escucho.
Dejando afuera los trabajos especiales o a pedido, no suelo tener un plan delineado de trabajo, no proyecto una serie ni pinto para hacer una muestra. Busco, trabajo, creo. Confío e intuyo, después el resto sucede: encuentro pautas que conectan las imágenes, conceptos constantes, música y poesía. Construir imágenes, para mí, es deseo y necesidad.
¿Qué pensás sobre la influencia de Nicolás Menza en el panorama artístico actual?
Creo que Nicolás es un artista con una imagen sólida y una identidad muy fuerte. Pero me parece que la mayor influencia que tiene Menza radica más en una cuestión filosófica que estética: la reivindicación de la pintura y de la identidad de cada lenguaje artístico, el desarrollo del oficio, el compromiso con el trabajo de taller y el vínculo fundamental maestro-discípulo.
¿Qué artistas jóvenes te gustan?
Me encanta la obra de Nacha Canvas y Santiago Licata. También, las fotografías de Maximiliano Magnano y las pinturas de Juan Pablo Rodriguez (Colombia). Si bien no son de mi generación, son jóvenes y admiro sus obras: Gustavo Aimar y Cristian Turdera (ilustradores y dibujantes) y Sebastián Chillemi (pintor).
En tus trabajos suelen aparecer fragmentos de textos poéticos, ¿cómo ves la relación entre las Artes Visuales y las Letras?
Las veo íntimamente relacionadas, pero es una relación muy íntima y personal. Ayer, hoy: pero quizás mañana cambie de parecer. A veces decido hacer visible / legible esa relación en mis obras, otras la reflejo en el título. En algunos casos, me la reservo.
Si tuvieras que elegir ya una frase de tus collages para que te recuerden el día de mañana, ¿cuál sería?
«No creyeron que llegaríamos tan lejos».
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