“Estoy feliz de presentarles a una nueva especie del género humano” afirmó Lee Berger, paleontólogo e investigador de la universidad de Witwatersrand de Johannesburgo.
Cerca de allí, en Sudáfrica, en una estrecha cueva donde solo pudieron acceder mujeres de contextura física pequeña, fueron hallados 1550 fósiles, la mayor cantidad de fósiles de homínidos que alguna vez se hayan exhumado. La expedición -cuya convocatoria explicitaba que buscaban paleontólogos delgados, bajitos y sin claustrofobia- fue realizada en 2013 y 2014.
La especie fue bautizada como “Homo Naledi” y podría ser el primer espécimen del género Homo, al que pertenece el hombre moderno.
Si bien el hallazgo es extraordinario, y ha sido celebrado por toda la comunidad científica, la nueva especie plantea varios interrogantes. Uno de ellos es determinar a qué época pertenece. No se sabe si tiene 200 millones años de antigüedad o sólo 50 mil.
Markus Bastir, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España y partícipe del estudio, comentó al respecto: “Basándose en la morfología, los análisis sitúan a este fósil entre los primeros homo – de unos 2,5 millones de años – y, si fuera más reciente (de menos de un millón de años), sería la prueba de la coexistencia en África de especies del género Homo muy distintas entre sí”.
El Homo Naledi era robusto, de baja estatura, tenía el cráneo pequeño y las extremidades de su cuerpo prácticamente iguales a las de nuestra especie. Lo único que diferencia sus manos y piernas de las del humano moderno, son algunos rasgos curvos que podrían significar que pertenecían a un hábitat arboleo.
El hallazgo presenta características tanto de las especies antiguas como de las modernas, con lo cual, se presume que, tal vez, el Homo Naledi pueda definir algunos huecos en la transición que tuvo lugar hace millones de años y que culminó con el primate del género Homo, nuestro antepasado directo.