En el sitio donde fue ultimado por agentes de la dictadura cívico-militar el 8 de septiembre de 1986, este sábado pasadas las 10 horas se conmemoró una vez más la muerte del ex dirigente del Colegio de Periodistas de Chile José Carrasco Tapia. Hasta el lugar llegaron el ministro secretario general de Gobierno Marcelo Díaz, la presidenta de la orden profesional Javiera Olivares, el alcalde de Huechuraba Carlos Cuadrado (nieto de otra víctima de la dictadura, el ex comandante en jefe del Ejército Carlos Prats), además de Olivia Mora, madre de los hijos de Carrasco, junto a amigos y familiares.
En una pared al costado del Parque del Recuerdo se exhibe una placa recordatoria del trabajo y la vida ejemplar de “Pepone”, como llamaban colegas y amigos a quien se desempeñara a la fecha de su asesinato como editor internacional de la revista “Análisis” y como consejero metropolitano del Colegio. La acción represiva se ejecutó como respuesta de los organismos de seguridad del Estado al atentado contra Augusto Pinochet ocurrido el día previo.
En la ocasión Javiera Olivares recordó que Carrasco fue además de periodista “un luchador social, quien puso sus mejores talentos y valores a disposición de la lucha por la libertad, por la justicia, por el bienestar de nuestro pueblo”.
Aludiendo a que una de sus convicciones fue el derecho de la ciudadanía a contar con información, su legado más importante debiera ser “una lucha incansable por derechos básicos garantizados, por informar con justicia, exigiendo escenarios de equidad y pluralismo para todos y todas sin excepción. Por ello es que la lucha de nuestro Pepone está tan vigente hoy”.
Esta permanencia de la memoria la vinculó a acciones en las cuales la democracia chilena aún está al debe. “Nos sumamos, a la exigencia de agrupaciones de derechos humanos en exigir el cierre de ese penal (Punta Peuco) y que se tomen medidas que den un claro camino hacia el fin de la política institucional de silencio que ha sustentado el Ejército”. Y expresó: “No es acaso una válida pregunta periodística el pensar ¿a quién se protege con los 50 años de secreto de la comisión de prisión política y tortura? ¿A las víctimas o a los victimarios?”. En consecuencia, recordó a los 25 periodistas asesinados y/o detenidos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar.
En tanto, “requerimos fortalecer el derecho a la comunicación, que hemos dicho ha sido fundamentalmente entregado al mercado al igual que la salud, la educación. No nos cansaremos de decirlo, la democracia de Chile hoy requiere más diversidad, más visibilidad para amplios sectores de la ciudadanía que no se ven en los discursos de los medios masivos, en fin, derecho a la libre expresión real y para todos, no sólo para quienes tienen el dinero para financiar un medio”.
Por tal motivo recordó las principales demandas del Chile de hoy. “Una nueva Constitución discutida por el soberano a través de una Asamblea Constituyente, son necesarias hoy para iniciar un nuevo tiempo de profundización democrática y participación vinculante”.
Asimismo, llamó a los medios de comunicación que en la dictadura cívico-militar se prestaron para montajes comunicaciones, a asumir responsabilidad. “Cuanto nos hace falta reconocer esas culpas también y que este sea el inicio de un largo camino de reconocimiento de los responsables civiles que también se encuentran en los medios de comunicación” indicó.
Al concluir, Javiera Olivares señaló a nombre de los dirigentes del Colegio de Periodistas de Chile que “militamos en el ejercicio de un periodismo ético, que persigue la verdad, que es inquieto ante las obstrucciones a la información, que rechaza la injusticia, respeta la democracia y está dispuesto a dar la vida de los suyos por la garantía de los derechos humanos, como la libre expresión de su pueblo”.
En la ocasión, la dirigenta fue acompañada por el primer vicepresidente Patricio Martínez, la secretaria general Vanessa Sabioncello y el prosecretario Héctor Cárcamo.