Después de leer esta nota -y ver el correspondiente vídeo- me parece que va a ser complicado que podamos (la gente de mi edad) convivir con un androide. Al menos a mí me parecen particularmente terroríficos, porque como dice Mati los robots japoneses sufren del problema del Uncanny Valley:
En una situación parecida a esos niños que nacieron cuando Internet ya estaba desarrollado, en contraposición a los que vivimos una gran parte de nuestra vida sin estar conectados a nada, probablemente estos robots sean mejor tolerados por aquellos que nazcan y crezcan en la “normalidad” de verlos por aquí y por allá. Que vean a un perrito como AIBO y entiendan que no debieran darle una patada por diversión, aunque sea un robot, de igual forma a como no lo hacen con un perro de carne y hueso.
Algo debe tener que ver este tipo de pensamiento (aparte de una cierta psicopatía o ganas de joder) con lo que le sucedió este fin de semana a Hitchbot, el robot parlante protagonista de un fantástico experimento social en el que podía acompañarte en tu viaje por Estados Unidos. Tras dos semanas de viaje terminó destruido y abandonado en una cuneta.
No, no creo que puedan inculcarnos el respeto por un androide. Queridos robots, lo siento, tendrán que esperar un par de generaciones.
Visto en Gorditos y Bonitos
Tags: androides, ciencia, tecnologìa,