Mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos

En Buenos Aires, vive una fotógrafa que hace, principalmente, retratos de mujeres (por lo general, desnudos)

Mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos

Autor: Lucio V. Pinedo

En Buenos Aires, vive una fotógrafa que hace, principalmente, retratos de mujeres (por lo general, desnudos). Se llama Miss Complejo (Nadia Bautista). Como siempre aclara, ella no se considera «fotógrafa». «Le tengo muchísimo respeto a la palabra, solo hice un curso en un centro cultural donde aprendí una de las cosas más hermosas: laboratorio», comentó esta vez. Sea como fuera, sus fotos son profesionales y evidencian una mirada trabajada y singular.

Sobre la dicotomía a veces absurda entre técnica y magia del momento, Miss Complejo dijo que «la técnica es muy importante, pero jamás un 100%. Es una herramienta, al igual que la cámara. No existe el mejor ni el peor equipo, existen los ojos, la mirada, el observar y, por sobre todas las cosas, lo que se llega a transmitir; y frente a eso, no hay técnica ni equipo que valga». Aquí transcribimos el resto de la conversación que tuvimos con ella.

—¿A quiénes tenés como referentes?

—Hay referentes que siempre tengo en cuenta y algunos, solo me acompañan por un tiempo: desde amigos como fflaneur (en flickr), hasta grandes artistas consagrados como Nobuyoshi Araki, Fox Harvard, Sally Mann. También varían las ramas: cineastas como Xavier Dolan o David Lynch, pintores como Klimt o Schiele, escritores, tatuadores, diseñadores, etc.

—¿Cómo es la génesis de las fotos?

—Hoy en día, me dedico a fotografiar personas, cuerpos y creo que la génesis de las fotos se centra exclusivamente en ellos. Generalmente, voy desarrollando ideas o conceptos de los cuales varía su procedencia, puede ser una película, una frase, un libro o, quizás, todo junto.

Las personas son quienes me dan todo, desde los movimientos, las poses, los gestos, la expresividad y hasta el color —cada piel que fotografío es distinta y condiciona la edición—. Cada sesión es única, personal e irrepetible, creo que eso es lo que amo de fotografiar personas, la unicidad.

—¿Cómo te relacionás con los modelos?

—En primera instancia, de alguna u otra manera, los observo. Hay algo de esa persona que esta llamando mi atención, aunque me limito. Al tiempo (quizás por vergüenza), les hablo y, por algún motivo en particular, esa persona me interesa y quiero fotografiarla. Muchas personas creen que es por su aspecto físico que selecciono a mis modelos, pero eso es algo erróneo. A veces, es simplemente algo que dicen mientras hablamos, un gesto, un movimiento. A veces, es el estado por el cual están pasando, otras, simplemente, me enamoran.

Voy a contar una confidencia, he fotografiado personas sin tener conocimiento visual de ellas, sin haber visto fotos, sin conocerles la cara… como siempre he dicho, me enamoro de cada persona que fotografío, eso es lo que me lleva verlas a todas hermosas.

—A pesar de lo que acabás de decir, queremos insistir: en tus fotos no hay cuerpos «feos». ¿Esto se debe a un mérito tuyo como fotógrafa? Cuando seas vieja, ¿pensás seguir fotografiando a gente joven?

—Siempre, desde que empecé a fotografiar, una de mis premisas fue poder encontrar belleza en cada persona que este delante de mí, y, hoy en día, lo sostengo. No existe para mí un cuerpo «lindo» o un cuerpo «feo», todos me resultan hermosos. No tiene que ver con la edad, ni con el sexo o el género de la persona, me atrae la gestualidad y la expresividad, entonces nadie, absolutamente, se encuentra exento de eso. Quiero fotografiar personas por el resto de mi vida, sin límite alguno.

Siempre quise fotografiar personas grandes, pero tienen mucho tabú con su cuerpo. Lo que sí les puedo contar es que una vez fotografié a mi madre desnuda, y fue una de las experiencias más lindas que tuve, no solo por ser la persona que me trajo al mundo, sino porque es una de las que me acompaña en esto, ve todos mis trabajos y me acepta y apoya en cada locura diaria.

—Al mirar tus fotos, nosotros encontramos en todas un tono constante, que podríamos resumir con tres palabras: «simpleza», «poesía» y «fuerza», y acaso podríamos resumirlas en «juventud». Retrospectivamente, ¿vos encontrás alguna constante?

—Me cuesta mucho ser espectadora de mis propias fotos. Es imposible que pueda desprenderme del detrás, de la persona, de todo lo que sucedió en ese momento y que se ve plasmado en solo un instante fugaz. A mis fotos siempre se les adjudicaron palabras como «femenino», «sutil», «simple», y las comparto, es algo que busco mostrar a lo largo de mi trabajo. Pero también puedo ver «nostalgia», «melancolía», «erótica», «seducción».

—Expresivamente, ¿qué estás buscando y a dónde te gustaría llegar?

—Siempre busqué poder mostrar una belleza gestual y expresiva en cada persona, tener un estudio del cuerpo donde se pueda apreciar la anatomía única que formamos como humanos, pero también, lo que nos diferencia, nuestros sentimientos, nuestros estados puros. Y me gustaría poder llegar a mostrar una belleza construida desde la aceptación, no como la concebimos socialmente, una que intento construir hace años: una belleza sin prejuicios.

—¿Cómo explicás la presencia femenina mayoritaria en tus fotos?

—Soy mucho más selecta con mis modelos hombres, me lleva más tiempo encontrarlos y elegirlos. Hay una imagen social femenina que ya está instalada, es muy difícil poder salirse de ese lugar, a ellos mismos les cuesta verse, exponerse y sentirse centro de miradas. También hay una realidad, manejo y exploro la sensualidad femenina por sobre todas las cosas, pero me encantaría tener más modelos hombres, creo que esto es solo una cuestión de tiempo.

—Para terminar jugando un poco, si tuvieras que elegir dos fotos y musicalizarlas, ¿cuáles serían esas imágenes y esas canciones?

—La verdad nunca me habían hecho pensar musicalmente mis fotos y sinceramente me encanta, es difícil para uno mostrar las influencias musicales que tiene visualmente, a pesar de eso, algunas de mis fotos llevan nombres de bandas, canciones o discos. En el mejor de los intentos (y mil gracias por ponerme a pensar) allí van:

hook and line

«Hook and Line», de The Kills.

draize train

«The draize train», de The Smiths.

Ahora, mirando las fotos de Miss Complejo, nos preguntamos si Pizarnik tenía razón cuando decía:

la rebelión consiste en mirar una rosa

hasta pulverizarse los ojos

Tuviera razón o no, son palabras que vienen al caso.

Para contactar a la artista, click aquí.
Para ver sus fotos (sin censura), click aquí.


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