La Policía húngara ha utilizado gas lacrimógeno después de que cientos de refugiados rompieran una valla con cuchillas en la frontera con Serbia, informa AP.
La Policía húngara ha respondido utilizando gas lacrimógeno y agua a presión cuando decenas de refugiados han comenzado a tirar botellas y objetos a los agentes y a romper el alambrado de cuchillas que separa la frontera con Serbia, informa AP.
Nuestro corresponsal Francisco Guaita, que trabaja en lugar de los hechos, se ha visto afectado por gases lacrimógenos. “Hemos visto a muchos niños afectados por el gas pimienta, a muchas madres de familia llorando por esa situación, gente tirada en el suelo”, dice nuestro corresponsal.
La Policía húngara afirma que varias personas “agresivas” habían logrado romper la cerca de los puestos fronterizos. “La Policía está tomando medidas legales y proporcionadas para proteger la frontera del Estado de Hungría y la frontera exterior de la Unión Europea”, ha declarado el organismo en un comunicado, informa Reuters.
Guaita, que tilda la situación de “caótica”, afirma que los refugiados han recorrido miles de kilómetros de Irak, Siria y Afganistán entre otros países; no han comido desde hace días; algunos de ellos se han gastado hasta 8.000 euros en el viaje y no tienen previsto abandonar su búsqueda por una vida mejor en la frontera serbo-húngara. Muchos de los refugiados, la mayoría, son profesionales; entre ellos destacan médicos y profesores entre otros oficios.
El asesor de seguridad del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha declarado que al menos 20 policías han resultado heridos en los enfrentamientos.
Hungría cerró su frontera con Serbia antes de la medianoche de este lunes, cuando, según lo previsto, debían entrar en vigor las enmiendas a la legislación que contemplan endurecer de manera significativa los controles fronterizos.
RT