Falta de respeto mutuo
Cuando uno o ambos miembros de la pareja dejan de respetarse entre si, esto produce un desgarro en el matrimonio que es difícil de subsanar y la grieta se agranda cada vez más hasta llegar, lamentablemente, al divorcio.
Falta de identidad como individuos únicos
Estar en una relación co-dependiente no es para nada saludable. Si no tienes tus propios intereses o la oportunidad de expresarte y tu pareja tampoco, es probable que la relación no funcione.
Si no te sientes cómoda haciendo cosas sin tu pareja o no recuerdas lo que te gustaba cuando eras soltera, es probable que te sientas “ahogada” sin saber por qué. Esto puede ocurrir también con tu pareja, lo cual es un mal presagio para un matrimonio feliz.
Excesivo control
Una relación de pareja saludable no tiene por qué pasar por momentos de control en exceso. Cada uno de los miembros de la pareja tienen que tener sus actividades y sus amigos sin sentirse culpables o intimidados.
Si tu pareja te controla de manera excesiva y quiere saber cada uno de tus pasos o, por el contrario, eres tu la que sufre de este problema de inseguridad, es casi seguro que esto hará que la pareja termine en separación o divorcio.
Desaparece la intimidad
Todas sabemos que debido a la llegada de los hijos, a las obligaciones y a todas las cosas que se hacen al día, el sexo siempre queda relegado para lo último. Esto si no se evita, con el tiempo, termina por sercausa de separación e inclusive de divorcio.
Falta de dinero
Sin lugar a dudas, la falta de dinero o los problemas monetarios llevan a peleas cada vez más frecuentes que inclusive pueden desatar periodos de violencia y son una de las principales causas por las que las parejas terminan por disolver su matrimonio.
La incapacidad de resolver los conflictos
Todas las parejas tienen problemas y discusiones, pero muchas de ellas no le dan un cierre a la situación y no pueden terminar ni la más pequeña charla sin agresiones. Además vuelven una y otra vez sobre cosas del pasado