Luego del positivo balance que realizaron las autoridades del Comité Olímpico de Chile (Coch) de la participación de los representantes chilenos en los últimos Juegos Odesur celebrados en Medellín, vuelve a salir a discusión las fuentes de financiamiento que deberían tener los deportistas y así lograr mayor profesionalismo en el circuito olímpico internacional.
Para nuestro país, el futbol es el deporte de mayor preferencia de las masas y el de mayor patrocinio de privados y del Estado. Aunque no estamos en las grandes ligas, este deporte mueve cifras millonarias tanto en la tasación de los clubes, los futbolistas, la transmisión de los partidos y por los miles de productos asociados al merchandising que está arrojando la selección chilena que participará del próximo mundial de Sudáfrica.
Por su parte el tenis en los últimos años ha tenido un fuerte repunte dado los importantes triunfos obtenidos por Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González tanto en los torneos del circuito ATP como en las Olimpiadas de Atenas y Beijing, sin embargo, continúa siendo visto como un deporte de elite y la profesionalización de los jugadores depende en gran medida de aportes personales y de privados.
Bajo esta misma condición se encuentra el deporte olímpico en nuestro país, el cual por años ha sido catalogado de muy bajo perfil y carente del gusto masivo. Pese a contar con grandes deportistas a lo largo de la historia, los atletas por años han debido luchar por contar con apoyo del Estado y escasamente de privados, quienes son muy pocos los que se han atrevido a “jugársela” por una disciplina.
El deporte olímpico ha sido víctima de lamentables episodios como en el año 2007 cuando fueron rematados parte de los implementos de gimnasia del Centro de Alto Rendimiento de Chile Deportes ubicados en el Estadio Nacional por una deuda de 20 millones que tenía la Federación con una agencia de viajes. La situación fue salvada en parte por el apoyo de los padres de los propios deportistas que fueron quienes debieron comprar los artículos para así evitar que sus hijos perdieran la posibilidad de entrenar.
Vergonzoso fue también lo ocurrido hace algunos meses con el gimnasta Tomás González (en la foto), quien en dos oportunidades ha quedado fuera de las inscripciones de las competencias internacionales debido a que su federación ha “olvidado” realizar el trámite correspondiente para su incorporación, como también lo que llevó al propio deportista luego de obtener medallas de oro en el Mundial de Gimnasia en Alemania, a pedir por televisión que las empresas privadas lo ayudaran incluyendo en su llamado a Leonardo Farkas, quien le regaló 80 millones de implementos deportivos.
Por otra parte, el desorden, los desfalcos y el poderío con que muchas federaciones actúan hacen más precaria la situación de miles de deportistas que luchan día a día por lograr tener una condición profesional y de alta competencia.
Según el Presidente del Coch, Neven Ilic, es importante buscar nuevas fuentes de financiamiento para los deportistas, “ya que por decretos las federaciones son autónomas y es imposible poder intervenir en sus procedimientos, por ende lo que queda es buscar un impulso del Estado para apoyar a los deportistas y darle el resguardo financiero que requieren las altas competiciones”.
EL APORTE DE ADO CHILE
La Asociación de Deportistas Olímpicos de Chile (ADO) es una corporación privada que junto al Estado apoya a determinados deportistas a conseguir logros importantes en el circuito internacional.
Su apoyo está centrado en deportistas de alto rendimiento, así como también en deportistas de categorías juveniles que tienen una proyección para conseguir logros dentro de un plazo esperado.
Principalmente se proyectan sus intereses en lograr altos resultados en proceso olímpicos, como los Juegos de Odesur, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos y torneos específicos de cada deporte como son los Mundiales.
Sin desmerecer el apoyo de esta instancia, para algunos deportistas se hace insuficiente a la hora de dar un impulso real al deporte olímpico en Chile.
Para el triatleta César Castro la situación actual del deporte olímpico chileno está en un muy buen nivel internacional, por lo que debiese traducirse en un mayor aporte tanto del Estado como de las empresas privadas. “Día a día nosotros luchamos por superar nuestras propias marcas y destacarnos en el escenario internacional, pero vemos cómo a pesar de los logros obtenidos seguimos peleando por conseguir el apoyo de patrocinadores que crean en nosotros y en el deporte”.
Por su parte, Ernesto Barrera, entrenador de César, sostiene “que mientras sigan existiendo cosas oscuras en las federaciones, será muy difícil que las cosas mejoren para los deportistas”.
Hace unas semanas, entró a discusión en la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados un proyecto de ley que busca asegurar el financiamiento para los deportistas de elite ante las malas actuaciones de las federaciones, dejando al Comité Olímpico la disposición de esos dineros para ser derivados a los deportistas.
Logros deportivos y talento en los deportistas nacionales existe, sin embargo queda una vez más a la deriva el tan ansiado apoyo directo a los deportistas como es el caso de los tenistas y clubes deportivos, quienes por ser deportes de gustos masivos y de alto consumo acaparan gran parte de los aportes de privados.
Por Claudia Pedreros
Fotografía: por Renato Calderón en Flickr
El Ciudadano