Seis temas son materia de la decisión máxima ciudadana: agua, aire, tierra, energía, educación y sistema político. Sin embargo la población chilena está impedida de hacerlo. El plebiscito de nuestro ordenamiento se estableció para una dictadura y no para la democracia.
La población hoy es golpeada y pasada a llevar a lo largo del territorio, tras una mascarada de legalidad y publicidad, por empresas que se instalan con apoyo del poder, para intervenir el curso de los ríos, el paisaje, el mar, el destino, ordenamiento y desarrollo de las ciudades, el valor de los suelos, el transporte, la contaminación del medio, las regiones y la situación de las mayorías del país.
Antiguamente los partidos democráticos movilizaron a la población tras los grandes temas nacionales, pero hace mucho dejaron de hacerlo. Ya nadie les cree. La clase dirigente que gobernó la Concertación en los últimos 20 años se encargó de destruir la confianza y el respeto que se ganaron esos partidos a lo largo de una centenaria o casi centenaria historia de lucha.
Ahora en esas colectividades la situación es peor que partir de cero, el grupo que los domina, en vez de asumir su fracaso y darles libertad para su reorganización y replanteamiento, se ha amarrado a los puestos de mando, para seguir tras el poder, carente de nuevo proyecto, ahora como oposición contestataria, para negociar con el nuevo oficialismo.
Frente a la ciudadanía da lo mismo qué hagan, perdieron la credibilidad y la confianza y esas no se recuperarán con discursitos o maquillajes.
Sin embargo los partidos encarnaron los principios y los valores reales que sirvieron de derrotero para la construcción de la República y el desarrollo del movimiento popular y ciudadano del país. El proceso de saneamiento o reivindicación de estos será largo y difícil.
Pero deben existir movimientos o agrupaciones en torno a tales valores: democracia, justicia social y desarrollo; cada gran tradición tiene los suyos y debe hacer lo propio.
Invitamos a los ciudadanos que sientan identidad con estos principios, sin distinción alguna, a participar de las agrupaciones y movimientos que deben enfrentar la realidad que se nos avecina en todos los planos, estudiantil, laboral, femenino, profesional, etc., y para levantar una propuesta de futuro que los identifique frente al país.
Este gran movimiento laico, humanista y republicano, sin distinciones, se propone las tareas de hoy desde la raíz territorial, desde la lucha local, impulsando todos los movimientos sociales legítimos, de participación y en especial Consultas Ciudadanas, para ejercer el pronunciamiento de la población, sobre los temas más relevantes, como ya lo ha hecho en Iquique, en Isla de Pascua, La Reina, Ñuñoa, como lo intentan en Penco, en Pirque, etc.
Las Consultas Ciudadanas y el movimiento social son escuelas plebiscitarias y democráticas, puntos de integración y deben darse en cada localidad y frente de interés.
¡!La ciudadanía movilizada por sus derechos y el bien general es el verdadero cambio!!
Para DEMOCRACIA, DESARROLLO Y EQUIDAD apuntamos a una democracia organizada de base, tras lo que debe decidir la ciudadanía: agua, aire, territorio, energía, educación y sistema político.
PAIS por PAIS,
Nosotros por lo Nuestro
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