El histórico partido de rugby que jugarán excombatientes argentinos y británicos

En pleno furor por la Copa del Mundo de Rugby en Inglaterra, este 21 de septiembre se realizará un partido en el que competirán excombatientes de las Malvinas. La fecha -el Día Mundial de la Paz- fue elegida por la fundación Rugby sin Fronteras, una organización social que promueve los valores que construyen la paz a través de acciones de concientización, capacitación y eventos de alto impacto, que toman del rugby su esencia más humana. El encuentro Rugby por la Paz tiene como premisa brindar una imagen de respeto y unión fraternal, mostrando que las secuelas entre Argentina y Gran Bretaña quedaron atrás.

Una delegación de más de 50 personas de la fundación visitó en la última semana a Francisco I en Roma. “Vinimos a hacer lío, como nos pidió. Estamos convocando a la comunidad del respeto”, comentó Bautista Segonds, fundador de la organización. “Sigan adelante, me sumo. Si tengo que hacer un pase, lo voy a hacer bien”, respondió el Papa.

«Jugaremos todos mezclados y haremos entre todos una declaración mundial de paz y a partir de ese momento se llamarán Veteranos de Paz», aclaró Gustavo Zerbino, exrugbier uruguayo y vicepresidente de la organización. “Le di la pelota al Papa con la que se jugará el partido y él la bendijo y se la pasó a los excombatientes”, explicó Zerbino, uno de los 16 sobrevivientes del accidente aéreo conocido como “La tragedia de los Andes”.

«Nos recibió a todos, que éramos como 60. Cuando le pedimos que hiciera el pase simbólico del partido, tuvo muchísima disponibilidad. Fue impresionante, tiene una vitalidad tremenda», contó Alejandro Diego, veterano de la Guerra, quien convenció a 14 excombatientes argentinos a que participaran el encuentro.

Hace unas semanas, Diego se había emocionado cuando recordó la historia de otro veterano que había matado ingleses durante la Guerra y que nunca había podido superarlo. «Lleva más de 30 años con esa carga», le contó al Papa. «¿Quién es? Llamalo, quiero hablar con él», respondió el Sumo Pontífice. «Fue un encuentro de padre e hijo. Le dijo: ‘Te quito la culpa, te doy el perdón’. Fue muy sanador para él y para todos los que estábamos ahí. Fue como un símbolo para todos los veteranos», contó.

La fundación nació hace nueve años y tenía como sueño realizar un partido en Malvinas. “Además de haber estado en cuatro oportunidades en las islas, hoy vamos a organizar un partido entre veteranos argentinos y británicos en Inglaterra. Así como Mandela usó el deporte para unir a su pueblo, nosotros lo haremos para que nuestros hijos no hereden nuestros errores del pasado”, señaló Segonds.

Diego argumentó la falta de diálogo entre los políticos de ambos países. “Creo que tenemos que convivir con esos vecinos que tenemos ahí y convencerlos a ellos de que pueden tener beneficios al tener un diálogo con nosotros. Si seguimos por los caminos que estamos tratando vamos a terminar en una nueva guerra dentro de 50 años, y no quiero que mi hijo vaya».

Cuando Diego recibió una invitación para regresar a las Malvinas, la rechazó: aún tenía el deseo de matar ingleses. Él no había matado en la Guerra, por eso tenía esa sensación de deuda incumplida. Cuando decidió volver a las islas en 2012, conoció a una persona del lugar que le contó que, 30 años atrás, era quien avisaba al ejército británico cuando se aproximaba un ataque argentino y un día fue testigo de cómo bajaron a un avión. “Se sintió responsable de esas muertes. Lloró, se arrodilló y me pidió disculpas. Yo también lloré y nos abrazamos. Ahí es cuando me sané”, reveló, en la presentación del encuentro.

Con ese mensaje de paz, Diego consiguió convencer a 14 veteranos. «Fue bastante complicado porque tenés muchas posturas. Por un lado, ex combatientes que no quieren juntarse con la oficialidad y que me dijeron: ‘Si van oficiales, nosotros no vamos’. Después, tenés veteranos de guerra que continúan con la idea de matar ingleses y que me han dicho: «Si voy al estadio de Wembley, lo orino». También hay otros, que son más como yo, de buscar la paz. Y ahí encontré», detalló.

Al mismo tiempo, Diego cuenta que convencer a los británicos no fue una tarea difícil. «Inglaterra es un país que está en guerra desde hace 1500 años y que nació en base a guerras. Una vez que terminan la guerra, ellos están acostumbrados a decir: ‘Esto fue una guerra, un partido, y después soy amigo de mi enemigo, no tengo ningún problema’”.

Diego tiene la esperanza de que el encuentro por la paz no se acabe acá. “Me encantaría que esto sea un puntapié inicial. Que a partir de esta unión de veteranos argentinos y británicos nos podamos hacer amigos de manera personal. Nos encantaría invitarlos a Buenos Aires para que ese partido tenga su réplica acá. Y ojalá haya un tercer partido que sea en las Malvinas».

En la presentación se difundió el trailer del documental «El Otro camino a las Islas», en el que se muestran los cuatro viajes de Diego, Segonds y otros veteranos a Malvinas.

«Es lindo poder hacer un partido por la paz con algo que tiene una carga de emoción tan fuerte. A nosotros nos llena de orgullo, pero lo fantástico será la participación de los excombatientes. Que se pueda jugar un partido sólo por la paz y sin otro fin alguno, me parece que es lo mejor que le puede pasar al rugby y a la sociedad», aseguró Rodrigo Roncero, uno de los presentes en la presentación, quien volverá a jugar un partido de rugby luego de su despedida de los Pumas en Australia, en 2012.

En el encuentro también participarán otros destacados exrugbiers como los argentinos Agustín Pichot y Felipe Contepomi, los irlandesdes Alan Quinlan y Ronald O’Gara, el ex All Black Dough Howlett, el escritor John Carlin -autor de El factor humano, que cuenta la importancia del rugby en Sudáfrica para dejar atrás las diferencias creadas por el apartheid- y el ex capitán italiano Federico Pucciarello. Por supuesto Segonds, Zerbino y Diego –quien jugará al rugby por primera vez- no se lo van a perder.

No es la primera vez que la fundación realiza una actividad por la paz mediante el rugby. El año pasado, con motivo del centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, realizó un torneo con niños de 14 años, bisnietos de los 16 países que pelearon en aquel conflicto bélico, quienes plantaron un olivo como símbolo de la declaración mundial de la paz.