Fue el 12 de diciembre de 2004 cuando Jesús Aparicio, un joven de Sevilla, sur de España sufrió un accidente automovilístico junto a un grupo de amigos cuando se dirigía a celebrar su cumpleaños número 18. El vehículo se salió de la calzada y aunque el resto de los jóvenes resultaron prácticamente ilesos, Aparicio entró en un coma profundo que interrumpió su vida y su amor por el tenis, especialmente por su ídolo Roger Federer (actual 2° ATP).
En aquel entonces el suizo tenía 23 años y había ganado su cuarto Grand Slam en Flushing Meadows (Abierto de Estados Unidos). Los amigos de Jesús revelaron que él quería conocer a Federer algún día y que incluso estaba juntando dinero para asistir a Wimbledon en 2005. «Cuando me enteré que a los 34 años (Federer) sigue jugando y es el número dos en el mundo, pensé que me estaban tomando el pelo», dijo.
La historia tuvo un final inesperado, pero feliz por Aparicio. El 27 de agosto pasado – tras casi 11 años en coma – el joven despertó y llamó a su madre, con los recuerdos del accidente intactos. Recibió noticias sobre la actualidad en España y en todo el mundo, pero Jesús no dudó en preguntar por su ídolo.
«Llegó como un flash a mi mente y pregunté por Roger. Pensé que se había retirado.Cuando me enteré que a los 34 años sigue jugando y es el número dos en el mundo, pensé que me estaban tomando el pelo. Cuando oí que ha ganado 17 títulos de Grand Slam, puse mis manos en mi cara», reveló Jesús al sitio Tennis World.
Pero eso no es todo. También tuvo la oportunidad de ver la pasada final del Abierto de Estados Unidos entre el serbio Novak Djokovic (1° ATP), desconocido para él, y Federer en su casa.
«Yo estaba muy sorprendido de verlo jugar así. Djokovic es bueno», comentó.
Jesús se mostró feliz a pesar de la derrota de su ídolo, sobre todo porque su sueño de verlo jugar en vivo todavía es alcanzable.