La organización Convergencia de Izquierdas envió un comunicado para expresar que más allá de las resoluciones jurídicas de la Corte de La Haya o de estrategias políticas y comunicacionales de sus respectivos gobiernos, consideramos una necesidad ineludible la reanudación del diálogo entre Chile y Bolivia, en torno a una real política de integración entre nuestras naciones y respetando los intereses territoriales de cada uno, para establecer una paz duradera y mutuamente beneficiosa.
Asumiendo una clara conciencia socialista y latinoamericanista, Convergencia de Izquierdas considera que el camino natural entre dos pueblos, hermanados por una historia común desde los tiempos precolombinos, es el diálogo en torno a los múltiples intereses que nos unen y a las oportunidades que se abren para estrechar nuestros destinos en un camino común.
Nos sentimos parte de este gran universo indo-euro-afro-americano, diverso y multicultural, que ha visto frustradas durante más de 200 años sus aspiraciones de vivir una auténtica emancipación del colonialismo y el neocolonialismo. Todavía seguimos siendo el patio trasero de las grandes potencias del mundo desarrollado, que nos mantienen enfrascados en disputas territoriales generadas por los mezquinos intereses de las oligarquías nacionales, mientras las fuerzas imperialistas hasta hoy saquean de manera inmisericorde nuestras riquezas básicas. El verdadero conflicto no debe plantearse nunca entre pueblos hermanos, sino con quienes los han desposeído han mercantilizado sus derechos sociales y depredado los bienes comunes, como el mar, para beneficio privado.
Llamamos a los gobiernos de Chile y Bolivia a dar un paso adelante en nuestras relaciones bilaterales, poniendo como eje y de cara al futuro, los problemas reales que nos aquejan, como la desigualdad, la pobreza y las carencias en educación y salud para nuestros pueblos.
Abramos desde ahora un diálogo en todos los niveles, en la perspectiva de encarar cualquier conflicto geopolítico en el marco de una real integración política y económica, para lograr un salto colaborativo hacia el futuro, como el que soñaron nuestros próceres de la independencia.