Es difícil creer que el gigante musculoso y enfurecido que se ve en la película Southpaw (2015) sea la misma personas que el obsesionado perdedor de Primicia mortal (2014).
Pero de eso se trata Hollywood. Jake Gyllenhaal es solo uno de los actores de primera clase que puede perder y ganar peso con una frecuencia alarmente. Primero fue el desnutrido Louis Bloom en Primicia mortal y, unos meses después, trabajó su físico y aumento su masa muscular de forma irreconocible para interpretar al boxeador Billy Hope en el filme Southpaw, que en Uruguay llegará en setiembre.
Ese bamboleo puede ser un proceso tortuoso y a veces parece ser un emprendimiento erróneo para los artistas.
George Clooney en Syriana
Renée Zellweger en El diario de Bridget Jones
Gerard Butler en 300
Desde que la exitosa adaptación del cómic homónimo de Frank Miller tuvo su estreno en la pantalla grande en 2006, los medios han criticado el peso cambiante de Butler, comparando su figura con la de su interpretación en 300. Es probable que hoy en día se arrepienta de haber logrado ganar toda esa masa muscular.
Charlize Theron en Monster, asesina en serie
Theron vivió comiendo cómida rápida y snacks para subir 13 kilos. La actriz ha dicho que agregar ese peso –además de depilarse las cejas y utilizar maquillaje «para parecer más fea»– la ayudó a entrar en personaje. Su interpretación sigue siendo recordada hasta el día de hoy y obtuvo un premio Oscar por su transformación.