La plataforma de la compañía British Petroleum (BP) que explotó la semana pasada en el Golfo de México ha derramado cinco veces más la cantidad de crudo que se estimó en un principio, convirtiendo este hecho en el más peligroso atentado ecológico de los últimos tiempos.
El crudo de petróleo que despide la plataforma en cantidades gigantescas se acerca peligrosamente a las costas de Louisiana, en el sur de Estados Unidos.
La jefa del equipo de respuesta del Servicio de Guardacostas, Mary Landry, anunció que se descubrió una tercera fuga con lo que se estima que el derrame de crudo en el mar es de 800 mil litros diarios y no los 160 mil que se pensaba.
Landry afirmó que aún es prematuro calificar la situación de “catastrófica”, pero reconoció que “sí es muy seria”.
Sin embargo, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) alertó que la mancha de crudo ocupa actualmente 3 mil 200 kilómetros cuadrados y se encuentra a 33 kilómetros del litoral de Louisiana y a 108 kilómetros de Mississippi, Alabama y Florida.
Pero una porción de crudo que se separó del resto podría alcanzar los pantanos costeros de Louisiana en las próximas 24 horas y afectar las aves acuáticas y la vida marina.
En ese sentido, el presidente norteamericano, Barack Obama, aseguró que su gobierno pondrá “todos los recursos” a disposición para ayudar a controlar el derrame petrolero en aguas del Golfo de México.
“Aunque BP es la responsable final del financiamiento de las operaciones de limpieza, mi gobierno continuará usando cada recurso a nuestra disposición, incluyendo potencialmente al Departamento de Defensa para atacar el problema”, sostuvo Obama.
Además precisó que el derrame interferiría los canales de navegación de la zona y afectaría a los barcos que abastecen de crudo al mercado local.
En tanto, el ejército de Estados Unidos se sumó a las labores de contención y limpieza del derrame petrolero en el Golfo de México. Los analistas señalan que el derrame supone un gran desafío para Obama, que el mes pasado aceptó abrir franjas de la costa estadounidense para la perforación petrolera.
Fuente: www.servindi.org