El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha advertido este lunes de que las relaciones con Estados Unidos no podrán normalizarse hasta que no termine el bloqueo comercial, económico y financiero vigente desde la década de 1960.
«La normalización de las relaciones con Estados Unidos se alcanzará cuando cese el bloqueo contra Cuba», ha dicho ante la Asamblea General de Naciones Unidas, adelantando que, hasta entonces, su Gobierno seguirá insistiendo en ello con un proyecto de resolución.
Castro también ha señalado como requisito fundamental para la plena normalización de las relaciones bilaterales la «devolución» de la base militar que Estados Unidos posee en la bahía de Guantánamo, algo que según la Casa Blanca no está sobre la mesa de negociaciones.
Igualmente, el líder del régimen comunista ha reclamado el fin de las emisiones«subversivas», en alusión a las cadenas de radio y televisión que funcionan desde Miami para Cuba con financiación del Gobierno estadounidense.
Por último, ha exigido al país norteamericano «que compense los daños humanos y económicos que aún sufre el pueblo cubano» como consecuencia de sus políticas hacia la isla caribeña.
Castro ha lanzado estos mensajes horas antes de reunirse con el presidente estadounidense, Barack Obama, en el que será su primer encuentro tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la apertura de embajadas.
Desde el 17 de diciembre, Estados Unidos y Cuba mantienen un histórico diálogo encaminado a normalizar sus relaciones bilaterales para derribar así el último muro de la Guerra Fría en el continente americano, medio siglo después.
No injerencia y soberanía
Castro ha aprovechado el púlpito de la ONU para reafirmar el «compromiso inquebrantable» de Cuba con «el pleno respeto al derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural» para «asegurar la convivencia pacífica», exigiendo que «sirva de base en las relaciones con la región».
Así, ha afirmado que «Venezuela contará siempre con la solidaridad de Cuba frente a los intentos de desestabilizar y subvertir el ordenamiento constitucional y destruir la obra iniciada por Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro a favor del pueblo venezolano».
«De igual manera, va nuestra firme e irrestricta solidaridad a Ecuador, a su Revolución Ciudadana y a su líder, Rafael Correa, que se ha convertido en el blanco del mismo guión de desestabilización aplicado contra otros gobiernos progresistas de la región», ha apuntado.
En la misma línea ha mencionado a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, a quien ha trasladado «el apoyo solidario de Cuba» en «la defensa de sus importantes logros sociales y de la estabilidad» del gigante suramericano.
«Nos solidarizamos también con las naciones del Caribe que solicitan justas reparaciones por los horrores de la esclavitud y la trata de esclavos, sobre todo en un mundo en el que la discriminación racial y la represión de las comunidades afrodescendientes han ido en ascenso», ha añadido.
A este respecto, ha reiterado que «Puerto Rico merece ser libre e independiente, luego de más de una centuria sometido a la dominación colonial», y se ha solidarizado igualmente con Argentina «en su legítimo reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas».
Derechos humanos
El líder comunista ha criticado que, a pesar de los logros de la ONU en sus 70 años de historia, «no se ha hecho lo suficiente para proteger a las generaciones presentes y futuras del flagelo de la guerra y su derecho al desarrollo sostenible sin exclusión», lo que pone de manifiesto que «debe ser profundamente reformada».
«Han sido constantes las guerras, el derrocamiento por la fuerza de gobiernos soberanos, los denominados golpes suaves y la recolonización de territorios, que han sido perfeccionados con formas de actuar no convencionales, con el empleo de nuevas tecnologías y esgrimiendo supuestas violaciones de los Derechos Humanos», ha denunciado.
Por ello, «a pesar de que la Carta de la ONU nos llama a ‘reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana’, el disfrute de los Derechos Humanos continúa siendo una utopía para millones de personas».
«El compromiso asumido en 1945 de ‘promover el progreso social’ sigue siendo una quimera cuando 795 millones de personas sufren hambre, 781 millones son analfabetos y 17.000 niños mueren cada día de enfermedades curables, mientras que los gastos militares anuales en todo el mundo ascienden a más de 1,7 millones de millones de dólares», ha lamentado.
Mensaje a Occidente
El mandatario cubano ha subrayado que «incluso en los países industrializados ya prácticamente desaparecieron las ‘sociedades de bienestar'» porque «los sistemas electorales y los partidos tradicionales, que dependen del dinero y la publicidad, son cada vez más ajenos y distantes de las aspiraciones de sus pueblos».
En concreto, ha aludido a «las impactantes imágenes de las oleadas migratorias hacia Europa», urgiendo a la UE que «asuma de manera plena e inmediata sus responsabilidades con la crisis humanitaria que ayudó a generar».
Para Castro este éxodo «es una consecuencia directa de las acciones de desestabilización que la OTAN promovió y ejecuta en países de Oriente Próximo y el Norte de África«, así como «del subdesarrollo y la pobreza imperantes en los países del continente africano».