Cuando la empresa italiana ITF compró a LABOMED, la situación se complicó para los trabajadores en Chile, en especial para su departamento de venta.
Los visitadores médicos fueron los más afectados, con medidas extemporáneas como no reajustar sus salarios al IPC y la pérdida de beneficios que son comunes en la industria, como el pago de movilización y alimento. “A la gente la hicieron firmar bajo amenaza de despido un anexo de contrato donde renunciaban al IPC, lo que es un derecho adquirido en nuestro país”, explica José Luis Cubillos, Presidente del sindicato, quien se refiere a una abierta práctica ilegal, que implica en lo concreto que los trabajadores ganarán menos cada año, sin reajuste del índice.
La realidad de los visitadores médicos en la compañía es compleja. Los primeros encuentros de la negociación reglada se veían bien, pero todo cambió cuando la empresa los citó para el día 17 de septiembre para entregarles la última propuesta. “Llegamos temprano un día en que todos estaban pendientes de las fiestas patrias. La primera sorpresa que nos llevamos es que no apareció ninguno de los representantes de la empresa que participaban de la negociación, sólo el abogado. La segunda, es que su propuesta final era cero, peor que lo que ofrecieron cuando empezamos. Nos han tratado sin ningún respeto”, comenta Cubillos, refiriéndose en particular a “los españoles”, país donde está la casa matriz encargada del negocio en Chile.
La respuesta del sindicato fue certera. Un 98% rechazó la propuesta en la elección de huelga, dando paso a la paralización de actividades. Desde ese entonces, las oficinas de ITF-Labomed ubicadas en Avenida Cerro El Plomo, Las Condes, han sido espacio de permanente movilización. Batucadas, lienzos, ruido y decenas de trabajadores cohesionados concurren todos los días a hacerse escuchar, esperando que la empresa se abra al diálogo y respete sus mínimos derechos, actualmente arrebatados.